Europa
El Principado de Mónaco posee a su alrededor un halo de exclusividad y atractivo incomparable. Su capital, Mónaco, es quizás uno de los destinos más codiciados y valorados de toda Europa, ya que cada temporada estival acoge a un gran número de personajes conocidos y turistas privilegiados. Es el segundo país más pequeño del mundo en cuanto a extensión –tiene menos de dos kilómetros cuadrados-, después del Vaticano, pero aun así uno de los más prestigiosos. Los primeros en asentarse en este territorio fueron los romanos en el año 122 y más tarde los genoveses. La familia Grimaldi era una de las que ofrecía su apoyo al papa Inocencio IV y, tras las luchas entre su bando y el que apoyaba al emperador, fueron desterrados durante 20 años. Cuenta la leyenda que en 1297, Francisco Grimaldi se disfrazó de monje y acudió al castillo para pedir cobijo. Al entrar, mató a los guardias y dejó entrar a sus hombres, quienes se hicieron con el castillo. Desde esa fecha, los Grimaldi gobiernan en el Principado y existe una escultura de un monje situada en el exterior de la fortaleza que recuerda esta anécdota. Mónaco está situado sobre una pequeña península de bordes escarpados que el Mediterráneo custodia con sus tranquilas mareas. Yates atracados en el puerto, calles empinadas, marcas de neumático en el asfalto que dejan cada año el Gran Premio de Fórmula 1 y el Rally de Montecarlo y escudos en la mayoría de edificios, así es Mónaco, una ciudad para dejarse deslumbrar. Le acompaña un carácter exclusivo desde tiempo inmemoriales, debido a su fascinante historia y que se vio reforzado cuando la actriz Grace Kelly se convirtió en Princesa de Mónaco en 1956. Sus cuatro distritos más interesantes son La Condamine – la zona del puerto y el mercado-, Villa de Mónaco -el casco antiguo de la ciudad-, Montecarlo –la parte más exclusiva y representativa de Mónaco- y Fontvieille –el último distrito, construido sobre el mar, que acoge las nuevas construcciones-. Mónaco es al mundo del motor, lo que la velocidad es a un Fórmula 1, imprescindible. Por eso, año tras año, cuando se acerca la cita en el principado monegasco, todos los aficionados esperan impacientes a que los monoplazas pasen por curvas tan icónicas como La Rascasse o la horquilla de Loews. Es uno de los premios más antiguos de la Fórmula 1 –la pista se terminó de construir en 1920 y se inauguró nueve años más tarde- y también de los más prestigiosos. Es un circuito urbano, de ahí la complejidad del mismo, subidas, bajadas, curvas cerradas, rectas muy cortas… y vuelta a empezar. El Gran Premio de Mónaco, que este año se celebrará entre el 22 y el 25 de mayo, está especialmente marcado en el calendario y, ¿qué mejor momento de conocer el Principado? Durante estos días, Mónaco vibra al ritmo que marcan los motores y sus actividades y propuestas para los visitantes se multiplican.