América Norte
Solemos asociar California a sus playas, sus olas, su tiempo cálido... pero este estado americano da para mucho más que para hacer surf porque, de hecho, esconde rincones realmente sorprendentes cuando nos alejamos de su costa y nos adentramos en él. Viajamos hacia el interior de California y nos quedamos a tan solo 13 millas del Parque Nacional de Yosemite. Una de las sorpresas que esconde California es la que supone su lago salado, Mono Lake; lo primero que debemos saber es que se trata de un paraje protegido porque es una reserva natural para las aves que, en su migración, hacen escala en estos parajes para ganar peso y energía antes de seguir su rumbo; otras cuestiones interesantes giran entorno al origen de este lago, un principio que hay que buscar cientos de años atrás y también en la zona volcánica en la que está ubicado; pero su exagerada salinidad no viene de antaño sino del siglo pasado. Mono Lake es un lago endorreico, lo que significa que no tiene salida al mar, por ello, cuando se desvió agua de su caudal para abastecer a la Ciudad de Los Ýngeles, su salinidad aumentó exponencialmente: la cantidad de agua disminuía, no así la sal ¿el resultado? un lago hipersalino en el que la vida resulta casi imposible, de hecho en el lago no encontrarás mucha más vida que la de las moscas que ocupan sus orillas y algún alga además de un pequeño crustáceo único en el mundo; esta vida es suficiente para proveer de alimento a las aves que detienen temporalmente su migración en el Lago Mono. Pero a nosotros, como turistas y aventureros de la naturaleza, lo que nos sorprenderá más no es la salinidad del lago, ni tan siquiera la vida que alimenta sino el paisaje que compone; se trata de una visión que muchos han comparado con paisajes lunares e incluso marcianos, una sensación que en invierno, cuando la nieve impone su manto blanco en el lugar, se incrementa. Hay muchos modos de conocer el Mono Lake, puedes recorrerlo en kayak y pasear su entorno en rutas de senderismo, también esquiando o participando en rutas fotográficas tanto paisajísticas como centradas en las aves; e igualmente podrás unirte a un tour muy especial, el que te llevará a vivir un atardecer en este paisaje lunático en una de sus zonas más famosas y más fotografiadas, la que ocupan las Torres de Toba, extrañas formaciones elevadas y calcáreas que surgieron de la interacción del agua salada del lago con aguas dulces, y es que la salinidad de este lago es casi tres veces superior a la del mar. En Mono Lake podrás incluso darte un chapuzón... si te atreves, porque es necesario tener algo de alma de aventurero: quienes lo han probado dicen que es una experiencia única por las sensaciones que provoca la alta salinidad del lago pero advierten también de la necesidad de mantener lejos del agua tanto los ojos como cualquier corte... ¿imaginas la sensación de echar sal en una herida? sería incluso peor... Un bello y sorprendente destino natural con ciertas dosis de aventura... si visitas California no puedes dejar de adentrarte en el Lago Mono.