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AUSTRALIA

Neptune Islands, el hogar australiano del tiburón blanco

No hay otro lugar en el mundo donde puedan observarse tan de cerca a las gigantescas hembras de tiburón blanco. Impresiona por su peligrosidad y belleza. Es un espectáculo único.

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El golfo de Spencer se encuentra en el sur de Australia y es uno de los pocos grandes entrantes que la orografía ha permitido a la Gran Bahía Australiana. Cerca de la ciudad de Adelaida, sus condiciones para la pesca son únicas, pues precisamente por su condición de zona aislada del océano abierto es mejor lugar para la cría de muchas especies de peces y cefalópodos. De hecho, es el mejor lugar para encontrar la sepia gigante, el alimento favorito de los muchos delfines de la zona.

Justo donde el golfo se confunde con el mar abierto se encuentra un pequeño grupo de islas que difícilmente saldrán en los mapas de mayor escala por su escaso tamaño. Se trata de las Neptune Islands, que se dividen, a su vez, en las del Norte (con 27,8 km2 en total) y las del Sur (38,9 km2). Sobre el terreno, no tienen mucho que contar. De hecho, el único mamífero que allí vive es una especie de rata.

Son las aves las que aquí hacen su agosto, atraídas por una riqueza de pesca única. No son las únicas. Otro animal sabe que aquí tiene un sustento importante es el tiburón blanco. Las Neptune Islands están consideradas el lugar más espectacular del mundo para poder ver de cerca a estos animales. Una aventura que, de por sí, no es fácil, ya que hay que buscarlos intensamente en su ruta migratoria y se sabe que solo se encuentran en el sur de África, Guadalupe, México y sur de Australia.

Aquí es en invierno (nuestro verano) cuando es más fácil encontrarlos, especialmente hembras que pueden llegar a medir más de 6 metros de largo. Lo que hace tan especial este lugar es que es el único del mundo en el que las jaulas para ver a los tiburones blancos se posan directamente sobre el lecho marino, a unos 80 metros de profundidad.

También existe la posibilidad de sumergirse en cajas que se mantienen todo el tiempo en medio del agua. El espectáculo es sobrecogedor, pues se trata de unos grandes depredadores y la adrenalina, dicen los que lo han probado, se eleva a cotas máximas.

Para evitar la masificación de turistas en busca del tiburón blanco, el Gobierno de Australia reguló estas escapadas, por lo que ahora, además, es posible hacerlas con mayor intimidad. Solo el tiburón blanco y tú... si te atreves, claro.

Más información:
Turismo de Australia