PORTUGAL
El Palacio de la Bolsa es uno de los monumentos de Oporto que más visitantes recibe al año. Es el momento perfecto para conocer su historia.
Oporto es una de las ciudades portuguesas con más encanto. Y siendo honestos, no es para menos. Cada vez son más las personas que no pierden la oportunidad de visitar este rincón al norte del país, dejándose llevar por sus monumentos, sus calles y su gastronomía. ¡Es verdaderamente especial!
Una de las construcciones que más llama la atención a los turistas es, sin lugar a dudas, el Palacio de la Bolsa. Éste comenzó a ser construido por el arquitecto Joaquim da Costa Lima, en el año 1842. El objetivo era crear un edificio que se convirtiera en nada más y nada menos que la Asociación Comercial de Oporto.
El Palacio de la Bolsa está en plena Rua Ferreira Borges, justo al lado de la preciosa Iglesia de San Francisco. Por lo tanto, el edificio está en pleno casco antiguo de la ciudad de Oporto, en una zona repleta de diversos monumentos que han llegado a ser clasificados como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Uno de los datos curiosos que podemos encontrar en el Palacio de la Bolsa de Oporto tiene una estrecha relación con el Salón Árabe. Y todo porque se dice que Gonçalves de Sousa, su arquitecto, se inspiró en un lugar absolutamente mágico como es La Alhambra de Granada para su construcción. Esta sala, cuya construcción comenzó en 1862, destaca por su impactante decoración pero también su iluminación.
Otro lugar del Palacio de la Bolsa de Oporto que es sencillamente espectacular es el Patio de las Naciones. En ella encontramos una cúpula, creada por Tomás Soller, que está flanqueada por un total de 20 blasones. De esta manera, se quiso representar a aquellos países con los que Portugal tenía amistad o trato comercial, en el siglo XIX.
No podemos dejar de mencionar el llamado Gabinete de Gustave Eiffel, donde el arquitecto diseñó todos y cada uno de sus trabajos más destacados en Portugal. En la Sala del Presidente, por su parte, encontramos diversas pinturas realizadas al óleo en 1890, por el Marqués de Oliveira. Llama la atención, a su vez, el suelo tallado en maderas de origen africano y brasileño.
La Sala de Cuadros es una de las más destacadas del Palacio de la Bolsa de Oporto, entre otras cuestiones, porque fue decorada siguiendo el estilo del rey Luis XVI. Es un claro homenaje a los últimos seis monarcas de la dinastía Braganza. Además, también es un agradecimiento a María II ya que, gracias a que donó las ruinas del Convento de San Francisco, se pudo construir sobre ellas este Palacio.
Desde la Escalera Noble hasta la Sala del Telégrafo, pasando por la Sala de los Jurados y las otras tantas estancias que existen en este Palacio de la Bolsa de Oporto, todas ellas cuentan con diversas peculiaridades y, sobre todo, una historia que consigue captar la atención de todas aquellos que lo visitan, que llegan a ser más de 20.000 personas al año.
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