COLOMBIA
Viajamos a Medellín para conocer la sorprendente historia que esconde el espectacular Palacio de la Cultura Rafael Uribe Uribe.
Es el momento más que perfecto para poner rumbo a Colombia, concretamente hasta la preciosa y espectacular ciudad de Medellín. Allí encontramos un gran número de monumentos y construcciones que no dejan absolutamente indiferente a nadie. Un claro ejemplo es el Palacio de la Cultura Rafael Uribe Uribe. ¡Es sencillamente impresionante!
Este edificio público colombiano, que antiguamente era el Palacio de la Gobernación de Antioquia, está situado en el centro de Medellín. Fue diseñado por Agustín Goovaerts, reconocido arquitecto belga y, en la actualidad, es la sede del Instituto de Cultura y Patrimonio de la Gobernación de Antioquia.
El edificio se inauguró en la década de los 30 del pasado siglo, pese a estar inconcluso. En los 70, se llevaron a cabo una serie de ajustes en las fachadas pero, a pesar de los esfuerzos, tan solo se pudo construir una pequeña parte del diseño original que se creó para este edificio. Sea como sea, en 1982 fue declarado Monumento Nacional.
Para comenzar, debemos tener en cuenta que su construcción fue, cuanto menos, accidentada pero, a su vez, también destacó por ser tremendamente larga, a la par que inconclusa. Agustín Goovaerts comenzó a trabajar en este impresionante proyecto aproximadamente en 1920, poco después de su llegada a Antioquia.
Pero no fue el único trabajo que tenía entre manos, ya que se le encargó la construcción de otras tantas edificaciones como son el Palacio Nacional y el Edificio Gonzalo Mejía. A diferencia de estos dos edificios, tan solo se construyó una cuarta parte del que por aquel entonces iba a ser el Palacio de la Gobernación de Antioquia.
¿El motivo? La crisis económica de 1929, así como la decisión de Agustín Goovaerts de regresar a Bélgica en 1928. De esta manera, Jesús María Montoya fue el encargado de ponerse al frente de este proyecto mientras que, desde 1934, se encargó del mismo Florencio Mejía. Todo eran complicaciones, sobre todo porque había recortes presupuestales.
Un claro ejemplo lo encontramos en el año 1938, cuando la obra quedó suspendida de forma indefinida y, por tanto, el costado norte del Palacio quedó sin acabar, así como las fachadas situadas en las calles Calibío y Bolívar. Éstas quedaron terminadas en 1970, cuando la edificación adoptó el aspecto final. Eso sí, no se siguieron al pie de la letra los trazados establecidos por Goovaerts. De hecho, el diseño final es la mitad de ese proyecto original elaborado por el arquitecto belga.
No podemos dejar de mencionar que en 1987 se tomó la firme decisión de trasladar la Administración Departamental a La Alpujarra. Por lo tanto, esta construcción pasó a albergar la Dirección de Extensión Cultural, empezando a ser llamado Palacio de la Cultura de Rafael Uribe Uribe, en honor al conocido abogado y militar colombiano.