PARAGUAY
Viajamos hasta Paraguay, concretamente a la ciudad de Asunción, para conocer la historia que esconde el Palacio de López.
Es el momento más que perfecto para poner rumbo a Asunción, en Paraguay. Se trata de una ciudad verdaderamente sorprendente, que cuenta con grandes construcciones, monumentos y rincones absolutamente espectaculares. Un claro ejemplo lo encontramos en el Palacio de Gobierno, conocido como Palacio de López.
Se trata de nada más y nada menos que la sede del despacho del Presidente de la República de Paraguay, así como de las secretarías del Poder Ejecutivo. Construido en estilo neoclásico, el paso del tiempo ha hecho posible que se convierta en uno de los edificios más emblemáticos de la capital de Paraguay.
El Palacio de los López de Asunción, a través de su historia
Debemos viajar a la primera mitad del siglo XIX, cuando Lázaro Rojas nombró a su ahijado, Francisco Solano López, como heredero universal. Entre los bienes que recibió se encontraba el terreno donde se construyó este palacio. Tras viajar durante mucho tiempo por Europa, Francisco Solano López decidió contratar a numerosos arquitectos e ingenieros para desarrollar numerosas obras en Paraguay.
Entre ellas, su residencia habitual. Esta construcción fue obra de Alonso Taylor, reconocido maestro albañil inglés. Eso sí, muchos se la han atribuido a Francisco Wisner. Para su construcción, se utilizaron materiales de diversos lugares del interior de Paraguay, como son las maderas de Ñeembucú y Yaguarón, así como las piedras de Emboscada y Altos, sin olvidarnos de las piezas de hierro fundidas de Ybycuí, entre otros.
En la etapa de la Guerra de la Triple Alianza, este Palacio estaba prácticamente terminado. Como consecuencia del estallido de esta guerra, Francisco Solano López se mudó al Ñeembucú. Por lo tanto, jamás pudo habitar su Palacio. En 1869, la escuadra brasileño-argentina no dudó en bombardear Asunción, provocando graves daños en esta construcción. Además, el Palacio fue saqueado. Tiempo después, quedó completamente abandonado.
No fue hasta el gobierno de Juan Gualberto González cuando se procedió a restaurar esta edificación. A pesar de todo, como consecuencia de un Golpe de Estado en 1894, González tampoco pudo habitarlo. Marcos Morínigo, su sucesor, no duró mucho en su puesto por lo que tampoco habitó el Palacio. En 1894, con la llegada de Juan Bautista Egusquiza, el Palacio de López comenzó a ser utilizado como sede del Gobierno Nacional. Hasta mediados del siglo XIX fue residencia del Presidente de la República y su familia.
Como curiosidad, hasta el año 1949, el despacho del Presidente estaba situado en la planta más alta de la edificación. Ese año, el gobernante Felipe Molas López tenía muchas dificultades a la hora de subir las escaleras, por lo que el despacho fue trasladado a la parte baja. En la actualidad, este Palacio se ha convertido en todo un emblema de la ciudad de Asunción, siendo una de las construcciones más visitadas y fotografiadas. ¡Se lo ha ganado a pulso!