ITALIA
Viajamos a la ciudad italiana de Turín para conocer la historia y algunos datos curiosos de su imponente Palazzo Madama.
Es el momento más que perfecto para poner rumbo a una de las ciudades más visitadas de Italia más allá de Roma. Estamos hablando, cómo no, de Turín. En ese mismo lugar encontramos un gran número de construcciones y monumentos que no dejan indiferente a nadie. Uno de los más característicos y significativos es el Palazzo Madama.
Estamos ante un impresionante complejo arquitectónico situado en plena Plaza del Castillo. Este Palacio fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y, además, es nada más y nada menos que una de las Residencias de la Casa Real de Saboya. ¡Es espectacular!
El Palazzo Madama de Turín, a través de su historia
Para conocer su origen, debemos viajar hasta el siglo I a.C. Por aquel entonces, el lugar en el que estaba situado el palacio, estaba ocupado por una puerta en los muros romanos. De hecho, dos de las torres (que fueron restauradas) logran testificar este origen. Tras la caída del Imperio Romano de Occidente, la puerta fue utilizada para la defensa de la ciudad.
Con el paso del tiempo esta construcción pasó a pertenecer a la familia Saboya-Acaya. Fue entonces cuando, a principios del siglo XIV, decidieron ampliarlo para convertirlo en todo un castillo. Un siglo después, Ludovico de Acaya decidió reconstruirlo para otorgarle una forma cuadrangular, dotándolo de un pórtico y un patio interior, así como de cuatro torres cilíndricas, situando cada una de ellas en una esquina.
Finalmente, cuando la familia Acaya pasó a la historia, el edificio empezó a ser nada más y nada menos que la residencia de invitados de los Saboya. Un año a destacar es 1637 cuando Cristina de Francia, regente de Carlos Manuel II, decidió que esta construcción pasara a ser su residencia.
Pero no fue la única. Tan solo 60 años después, María Juana Bautista de Saboya-Nemours, otra regente, decidió vivir en este Palazzo Madama. Es más, gracias a ella obtuvo ese nombre por el que se le conoce actualmente. Fue María Juana quien pidió a Felipe Juvara, reconocido arquitecto, que diseñara un nuevo palacio en piedra blanca. A pesar de los esfuerzos, las obras se dieron por finalizadas en 1721, cuando solo se había realizado la parte frontal de la edificación.
El paso del tiempo hizo que el Palazzo Madama tuviera varios usos. Entre ellos, convertirse en cuartel del gobierno provisional francés durante las históricas guerras napoleónicas. Pero no solamente eso, sino que durante la restauración de los Saboya, se convirtió en sede del Mando Militar y, en 1822, fue un observatorio astronómico. Posteriormente, durante el siglo XX, se llevaron a cabo una serie de restauraciones que se finalizaron en 2006.