América Sur
La región de la Antártica Chilena es rica en paisajes deslumbrantes. Allí se suceden parques muy especiales, entre los que destaca el de Torres del Paine, en la provincia de Última Esperanza, y que fue creado en 1959. Son famosos sus macizos gigantes de granito, erosionados por el hielo glacial y que crean formas majestuosas que recuerdan a las estalagmitas de una cueva; y no sobran especies autóctonas como el ñandú, el blanquillo o las lechuzas. No sin un camino, cuanto menos, largo para llegar, dado lo alejado que se encuentra la reserva privada junto al parque donde se ubica, allí se encuentra un lodge único: el Awasi Patagonia, en medio de la montaña y con unas vistas que bien podrían convertirse en hereditarias y guardarlas en un cofre si las experiencias se pudieran cosificar. Las Torres o el lago Sarmiento son sólo algunos de los puntos que se pueden localizar desde sus instalaciones. Manadas de guanacos, ñandúes, zorros, cóndores y, en algunas ocasiones, pumas son sólo algunos de los animales que los huéspedes han podido disfrutar en sus paseos por los alrededores de un edificio completamente integrado. Construido en madera, con forma cúbica, destaca en la cima de la montaña de noche, cuando está iluminado como un gran farol. Cuenta con doce villas (una de ellas con dos suites), distribuidas de modo que cada una ofrezca, al tiempo, mucha privacidad y las mejores vistas, sin rivalizar entre unas y otras. Están decoradas inspirándose en los antiguos refugios patagónicos y puestos de estancias, como en los apeaderos de la Ruta de la Seda. Las villas de un dormitorio son de 80 metros cuadrados y cada una cuenta con salón, bañera, ducha separada y ‘hot tub’ exterior para convertir la estancia, y sobre todo el descanso tras el trekking, en todo un goce hedonista. El restaurante, exclusivo para los huéspedes, es de una excelencia culinaria de altura (que le permite encuadrarse como Relais & Gourmand). Su chef, Federico Ziegler, ha preparado un menú con mucha gastronomía patagónica en él presente. Así, será posible probar bocados ricos en carne de caza. Imposible olvidar las vivencias de este rincón del mundo, en el que todo se cuida de forma artesana. Se puede elegir a partir de estancias de 3 noches y hasta 6, en programas que se personalizan para cada huésped (desde 1.500 € más impuestos).