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Viajes culturales

Tras los pasos de Klimt en Viena

El pintor del modernismo vienés, Gustav Klimt, dejó una huella imborrable en la ciudad que no puedes dejar de seguir y disfrutar en tu próximo viaje a Austria.

Acceso Palacio BelvederePixabay

Klimt era un amante del arte y era también un hedonista, un amante de la vida, de las mujeres, de la buena mesa... nació en Baumgarten, muy cerca de Viena, ciudad en la que desarrolló su arte y su placentero estilo de vida (tan placentero que todavía hoy se cuenta en Viena que el pintor fue el mayor rompecorazones nunca antes conocido entre las mujeres de la alta sociedad vienesa) ¿quieres seguir los pasos de Klimt en Viena? si es así, y te recomendamos que así sea, estos son los lugares que no puedes dejar de visitar.

Leopold Museum

Si eres un amante del arte moderno este museo es una visita obligada en Viena, en él descubrirás obras de Klimt tan emblemáticas como On Lake Attersee (1900), The Great Poplar II (Rising Thunderstorm) (1902/03) y la que pasa por ser una de las mayores piezas alegóricas de Klimt: Muerte y vida (pintada en 1910/11 y revisada en 1915/16).

Palacio Belvedere

Sigas los pasos de Klimt o no seguro que visitarás este espectacular palacio pero es que además, como amante de la pintura moderna y de la pintura de Klimt, no querrás dejar de hacerlo ¿por qué? porque aquí se expone la que es, probablemente, la obra más famosa del pintor austríaco: El Beso.

El Beso, Klimt | Pixabay

Villa Klimt

Se trata de la casa con jardín en la que Klimt vivió y trabajó en los últimos años de su vida, hoy en día es un museo dedicado al pintor pero visitarlo es mucho más que visitar un museo, es visitar al propio Klimt en la que fuera su casa...

Cuentan que los amigos de Klimt, cuando lo invitaban a cenar, siempre contaban con que comía por dos o por tres, es decir, se servía dos o tres raciones de cada plato pero que comiera con tanta alegría no significa que comiera cualquier cosa... era todo un sibarita y una de las cosas que no puedes dejar de hacer es disfrutar de la gastronomía vienesa en los restaurantes locales para entender el gusto de Klimt por la cocina local; entre sus platos favoritos estaban el pastel Gugelhupf y crema de chantillí que solía pedir para desayunar y el asado Girardi o lechecillas a la Tegetthoff que acostumbraba a pedir para cenar.

Palacio Belvedere | Pixabay

Viena es la ciudad del turismo cultural por excelencia, es la ciudad de Mozart, Strauss, Schubert o Haynd, también la Freud y Hans Asperger y hasta la de la última reina francesa, Maria Antonieta y es también la ciudad de Klimt.