EL VINO MÁS SEPTENTRIONAL DE EUROPA
Elaborar vino cerca del Círculo Polar Ártico es toda una osadía, pero una pequeña granja familiar Noruega ha conseguido que crezcan en su herbolario las únicas vides del país. Visitarlas permite, además, probar la cocina orgánica de la región del glaciar Svartisen.
Los viñedos alemanes marcan el límite norte del vino en Europa. Sin embargo, cientos de kilómetros al norte podemos encontrar vides, las que perfectamente pueden presumir de ser las más septentrionales no solo del Viejo Continente, sino del mundo. ¿Te imaginas poder disfrutar de una comida campestre en las vides de un fiordo noruego? Pues no es una locura, solo tienes que ir a Tilrem.
La pequeña y angosta carretera que bordea la cara sur del fiordo de Brønnøysund y que acaba en Horn es el único modo de llegar hasta allí. Estamos en la costa central de Noruega, a un paso del glaciar de Svartisen, el segundo más grande del país, y junto a la carretera turística que recorre la costa de Helgeland. No lejos del mar se levanta esta pequeña aldea en la que su protagonista no tiene nada que ver con lo que uno espera encontrar en estas latitudes.
Se trata del Hildurs Urterarium, un nombre latino que va en consonancia con lo que allí nos espera: un herbario impresionante, de los mayores del país, con más de 400 tipos diferentes de hierbas, 100 variedades de rosas, 1.000 especies diferentes de cactus... y lo más surrealista de todo: vides. Suficientes como para tener una pequeñísima producción. Y todo ello enmarcado en una propiedad que, además del herbario, posee un coqueto restaurante.
Bautizado como Sagastua, con mesas largas de inspiración vikinga, la atmósfera dentro es mágica, con muchas velas siempre encendidas y una gran chimenea (se recomienda reservar siempre con al menos un día y medio de antelación).
Sus platos sirven alimentos de las huertas y granjas próximas, la mayoría con certificado sostenible. Si no tienes tiempo para una cena pausada, también puedes acercarte al Garden Café, en el jardín, que ofrece cafés, sándwiches y que es el mejor lugar donde probar el vino, que se sirve especialmente en verano. Además, los fines de semana, tienen ‘pizza herbal’, con especies propias del herbario.
Lo normal es que los visitantes comiencen por una visita al gran jardín, sorprendidos por la variedad y exotismo de las plantas que allí se ha conseguido que sobrevivan. Luego llega el turno de comer algo y, por último, acercarse a la tienda del complejo, donde no solo hay recuerdos, sino también la posibilidad de hacerse con alimentos y productos de las granjas locales.
Antes de una comida reparadora en el Hildurs Urtearium, qué mejor que acercarse al Svartisen. Es el segundo mayor glaciar de Noruega y la excursión más demandada es la que permite llegar hasta un brazo del glaciar, llamado Austerdalsisen, 32 kilómetros al norte de Mo i Rana. Todo comienza con un viaje en barco a través del lago, seguido por una caminata de tres kilómetros hasta el impresionante glaciar. No dejarás de hablar de sus paisajes durante todo el almuerzo y no creerás que podrás brindar con auténtico vino noruego.
Más información:
Turismo de Noruega
Hildurs Urtearium