NÁPOLES
Viajamos a la ciudad italiana de Nápoles para descubrir la historia que esconde uno de sus grandes símbolos: la Plaza del Plebiscito.
Ponemos rumbo a Nápoles, una de las ciudades más sorprendentes que podemos encontrar en Italia. Y siendo honestos, no es para menos. Encontramos un gran número de monumentos, edificaciones y rincones que no dejan indiferente a nadie. ¡Es sencillamente espectacular!
Un claro ejemplo lo encontramos en la conocidísima Plaza del Plebiscito. Está en pleno centro de Nápoles, y cuenta con una superficie aproximada de 25.000 metros cuadrados. En este lugar encontramos un gran número de los edificios más significativos de la ciudad. Entre ellos, destacan el Palacio Real y la Basílica de San Francisco de Paula.
Este lugar se sitúa entre varias de las calles más significativas de la ciudad, como son la Via Chiaia, la Via Toledo y el paseo marítimo. Con el paso del tiempo, ha ido convirtiéndose en todo un símbolo de Nápoles no solamente a nivel histórico, sino también cultural.
La Plaza del Plebiscito, a través de su historia
Debemos tener en cuenta que esta plaza napolitana, durante muchísimos siglos, presentó un ensanche completamente irregular. A pesar de todo, en este mismo punto se celebraban un gran número de fiestas populares. No fue hasta el siglo XVII cuando se realizaron diversas modificaciones que otorgaron regularidad a la plaza.
Esto se llevó a cabo gracias a la construcción del Palacio Real. Con el paso del tiempo, sobre todo a partir del siglo XVIII, empezaron a hacerse una serie de reformas mucho más radicales aunque es en el siglo XIX, coincidiendo con el periodo napoleónico, cuando la Plaza del Plebiscito cambió su aspecto por orden de los monarcas franceses.
Así pues, los edificios religiosos colindantes fueron demolidos ya que “impedían” que la plaza quedase perfectamente integrada en la estructura urbana. En su lugar, se construyeron un gran número de edificios denominados “de Estado”. Al ser un punto estratégico de la ciudad de Nápoles, existen un gran número de pinturas que atestiguan cómo ha ido modificándose su estructuración a lo largo de los siglos y de las necesidades arquitectónicas de cada época.
La Plaza del Plebiscito, testigo de muchos momentos históricos
Uno de los más sorprendentes nos hace viajar al año 1963 cuando, a través de una ordenanza pública, se permitió que la Plaza fuera considerada como aparcamiento público. Y todo por el incremento de automóviles en Nápoles. En 1994, el alcalde Antonio Bassolino la convirtió en peatonal.
Desde ese preciso instante, la Plaza del Plebiscito se convirtió en el escenario perfecto para un gran número de eventos socio-culturales. Desde ceremonias públicas hasta mítines electorales e incluso conciertos. Uno de los más sonados y que más marcó a los napolitanos fue el que ofreció Bruce Springsteen en mayo de 2013. ¡Es un sitio verdaderamente idílico!