Marruecos
Cada calle, cada edificio con sus Las puertas, escaleras y ventanas, están bañadas en los diferentes tonos de cobalto y añil. Sin duda este es uno de los rasgos más característicos de este lugar tan especial, que mantiene casi toda su fisionomía medieval sin alteraciones. Eso se debe a que estuvo considerada durante siglos una ciudad sagrada, y no permitían que ningún extranjero entrase en la ciudad.
Chauen se fundó en el año 1471, en el emplazamiento de una población bereber, y originariamente su población estaba compuesta por musulmanes y judíos exiliados de al-Àndalus. Ello se hace visible en el entramado de las calles del centro de la ciudad, que puede recordar al de algunos pueblos andaluces.
En el centro de esta maravillosa ciudad azul se encuentra la plaza de Uta al-Hammam que, junto con la Mezquita de los Andaluces, son dos lugares muy emblemáticos de este paraíso Instagramer. Aunque permaneció cerrada a los foráneos durante más de cinco siglos, ahora da la bienvenida a los viajeros con los brazos bien abiertos, y nos invita a pasear por sus callejuelas de color turquesas y disfruta de su belleza única.
Fue a principios del siglo XX cuando Chefchauen abre sus puertas a los visitantes, dejando entrever sus muros pintados de azul cian. Sus coloridas calles convierten a esta ciudad en uno de los lugares dignos de fotografiar del mundo. Dicha apertura de la ciudad se dio cuando las tropas españolas entraron en la misma, al tomar el control en toda la zona norte de Marruecos. Cuando los españoles llegaron, se encontraron con una gran población judía sefardí que hablaba judeoespañol.
A día de hoy podemos seguir cruzándonos con gente que hable español en Chefchauen. Esta localidad a los pies del Rif no son solo calles azules, entre sus muros hallaremos interesantes lugares que merece la pena visitar, y fotografiar. La Medina es uno de esos lugares que tenemos que ver, además en su interior se encuentran lo baño árabes o “hammam”, allí podremos disfrutar de un relajante baño de vapor.
El antiguo caravasar, un lugar de paso y hospedaje, hoy se encuentra repleto de pequeñas tiendas de artesanos. No podemos perdernos la Gran Mezquita, ni la Alcazaba. Xauen es famosa también por la belleza de sus fuentes, sus tiendas de alfombras artesanales, y las tiendas-taller de los artífices de la madera, el cuero y del hierro.
Por supuesto, no podemos perder la oportunidad de entrar en uno de sus muchos restaurantes y dejarnos embaucar por su sabrosa gastronomía. Y para acompañar un delicioso té con hojas de menta y piñones.
Chefchauen es una ciudad única en el mundo, su vibrante energía nos embaucará nada más llegar. El azul del cielo se funde con el azul de sus calles creando una visión que no olvidaremos jamás.