ITALIA
Pintoresco, tranquilo y con mucha vida a la vez. Así es Portofino, todo un paraíso italiano.
Al norte de Italia, en la provincia de Génova, se encuentra una de las comunas de mayor belleza de todo el país: Portofino. Se trata de un pueblo pesquero que forma parte del Parque natural regional de Portofino, del mismo modo en que lo hacen otras seis comunas. Pero sin lugar a dudas, esta destaca por su innegable encanto.
Este se descubre paseando por sus calles, que pese a no ser muchas están llenas de vida y color. Porque sus casas, en las que viven sus alrededor de 500 habitantes, cuentan con fachadas pintadas de colores llamativos que crean una imagen de postal. Pero el color no está solamente en las edificaciones, pues el mar que baña a este precioso pueblo pesquero brilla con su color azul intenso.
De hecho, el mar es uno de sus principales atractivos, pues en verano son muchas las personas que deciden visitar Portofino y sumergirse en sus cálidas aguas. Pero aparte de esto, es mucho más lo que puede hacerse en esta comuna italiana. Por ejemplo, subir hasta el castillo Brown, pasear por esta interesante fortaleza que data del siglo XV y, después, admirar las fabulosas vistas de la bahía del Canonne que se obtienen desde allí.
Hablando de la bahía del Canonne, este es otro de los puntos que no puedes perderte si viajas a Portofino. Se trata de una playa pequeña y tranquila desde la que, además, se puede disfrutar de una magnífica puesta de sol siempre que las condiciones climáticas lo permitan.
Además de esto, en Portofino se puede caminar por las callejuelas de su casco histórico. De este modo, se descubren lugares como su puerto pesquero, salpicado de barcas y barcos aquí y allá, la Plaza Martiri dell’Olivetta, la Calata Marconi o la iglesia Divo Martino.
Pero por pequeño que sea el pueblo, todavía tiene mucho más que ofrecer al visitante. En Portofino se pueden visitar también la iglesia de San Giorgio, con vistas a un acantilado, o el Museo del Parco, en el que contemplar alrededor de 120 esculturas que tiene expuestas en un jardín.
Por otro lado, se puede practicar snorkel en la playa de Niasca o subir hasta el faro de Portofino. Así pues, las posibilidades son muchas y para todos los gustos. Pues además de todo lo ya mencionado, comer allí es toda una delicia para la vista y el paladar.