ROMA
Roma es una ciudad verdaderamente impresionante, repleta de historia y misterios. Es el momento de descubrir qué leyenda esconde la Puerta Mágica.
Roma es una de las ciudades europeas que más turistas recibe año tras año. Y siendo honestos, no es para menos. Se trata de una capital perfecta para aquellos amantes de la historia y del misterio. Muchos son los rincones de su casco antiguo que no dejan absolutamente indiferente a nadie.
Una de las leyendas más arraigadas de Roma nos hace trasladarnos hasta los jardines que encontramos en la Plaza Vittorio Emanuele II, la más grande de la capital de Italia. Y es que nos toparemos con un elemento que llama poderosamente la atención. Se trata de una Puerta mágica, que se construyó en la segunda mitad del siglo XVII.
A pesar de que se trate de un elemento en el que predomina el misterio, lo cierto es estamos ante lo único que queda en pie de la histórica Villa Palombara. Estamos hablando, cómo no, de la residencia oficial del conocido marqués Massimiliano Savelli Palombara.
Si por algo destacaba este aristócrata italiano es porque era un apasionado de la literatura, del esoterismo y de la alquimia. Un interés que, a su vez, compartía con Cristina de Suecia. No solamente fueron grandes amigos, sino que el marqués era uno de sus más fieles aliados en la corte.
La Puerta Mágica de Roma, a través de su leyenda
La historia hace mención al constante interés por el marqués a la hora de reunirse con otros alquimistas. Su objetivo era claro: dar con la fórmula para transformar los metales en oro. Parece ser, según la leyenda, que en el jardín de Villa Palombara se construyó algo similar a un laboratorio para poder llevar a cabo todos y cada uno de sus experimentos.
En un momento dado, un personaje de lo más extraño apareció en el lugar para pedir dinero al marqués. Pero no solo eso, ya que también le pidió un lugar tranquilo para poder buscar algo tan concreto como es la piedra filosofal.
Tras haber llevado a cabo varios experimentos, este hombre desapareció dejando tras de sí un poco de oro y, además, una fórmula secreta que quedó esculpida sobre el marco de la puerta. Una fórmula que absolutamente nadie fue capaz de resolver. ¡Y nadie lo ha logrado todavía! Otra leyenda sobre la Puerta mágica cuenta que el marqués encontró la famosa fórmula en un antiguo libro y trató de resolverla, junto a varios alquimistas, durante varios años.
Al no obtener los resultados, tomó la decisión de grabar esta fórmula sobre el marco de la puerta con el objetivo de que alguien, en algún momento, pudiera llegar a dar con la solución. En la actualidad, la puerta se encuentra incrustada en un antiguo muro y no se puede ver de cerca. Está vigilada por dos imponentes y grotescas estatuas de Bes, dios egipcio. Éstas fueron encontradas a finales del siglo XIX en unas excavaciones. Sea como sea, estamos ante un enigma que, todavía, sigue causando sensación entre los que se sitúan frente a ella.
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