VENECIA
Venecia es siempre una buena idea pero hay un inconveniente innegable a la hora de visitar la ciudad: se trata de uno de los destinos más masificados del mundo.
Venecia en Carnaval es una fiesta inolvidable, única, pero es también un inmenso trajín de gentes y máscaras además de resultar todo un lujo, por el precio del viaje y la estancia que no es apto para todos los bolsillos; en otras épocas menos especiales de la ciudad pero habituales para escapadas y viajes inolvidables como la Semana Santa y no digamos ya el verano, sucede más o menos lo mismo: la ciudad se llena de turistas y en los canales hay casi atascos de góndolas y gondoleros.
¿Venecia en invierno? ¿Quién querría pasear en góndola con frío o incluso con lluvia no digamos ya sufrir el Acqua Alta de Venecia in situ? Y así, huyendo del mal tiempo y de las masificaciones descubrimos que los meses de marzo y abril, exceptuando por supuesto lo que haya en ellos de fiestas de guardar como el Carnaval o la Semana Santa, son ideales para visitar esta bella ciudad italiana.
En marzo y abril las lluvias ya remiten, las temperaturas resultan agradables y los turistas visitan la ciudad discretamente, sin atestarla; no tendrás que hacer largas colas para visitar el Palacio Ducal ni para hacerte la icónica foto en el Puente de Rialto; tampoco tendrás que pelearte para ocupar un hueco en la Plaza de San Marcos y podrás pasear los canales en góndola y visitar las islas cercanas Venecia en el vaporetto (aunque incluso en esta época se recomienda reservar previamente la tarjeta de transporte que permite el uso ilimitado del vaporetto).
¿Más lugares imperdibles de Venecia? La librería Acqua Alta, una de las más bellas y románticas del mundo; subir a alguno de los miradores de la ciudad para disfrutar de sus mejores panorámicas ¿el que no te puedes perder? El mirador del Fondaco Dei Tedeschi; visitar la Basílica de San Marcos, construido en el año 828 y, por supuesto, acercarte a Murano, el famoso pueblo del cristal, y Burano.