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PORTUGAL EN CLAVE MEDIEVAL

Ruta por los castillos que rodean Lisboa

Conocer la historia medieval de Portugal es más fácil si nos damos una vuelta por Lisboa y sus alrededores. Con media docena de castillos y fortalezas, la capital lusa muestra su pasado islámico, las guerras cristianas y una historia en común con Castilla y Aragón.
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Moverse por Lisboa, tanto la capital lusa como su área de influencia, permite cruzarse con el pasado medieval portugués en prácticamente cada rincón. Con una historia que ha ido paralela a la de Castilla y Aragón, cuenta con numerosos castillos y fortalezas, algunas conservadas tal cual y otras reestructuradas para adaptarse a los nuevos tiempos. Vamos a conocer los seis más importantes, en una ruta medieval que nos permitirá sentirnos como auténticos caballeros medievales, así como repasar siglos de luchas, guerras, tradiciones e historia común.

Comenzamos en la ciudad de Lisboa. Allí se encuentra el Castillo de San Jorge, uno de los símbolos de la capital. Construido a mediados del siglo XI por los musulmanes, de su edificación original conserva once torres y presenta algunos elementos arquitectónicos característicos de las fortificaciones militares de época musulmana. Constituye el vestigio más importante de la antigua residencia regia medieval y alberga un museo, el Café do Castelo y el restaurante Casa do Leão. Además, dentro del perímetro podemos encontrar un conjunto de restos arqueológicos que atestiguan tres períodos destacados de la historia de Lisboa: las primeras estructuras de habitación del siglo VII a.C.; las casas y calles de mediados del siglo XI, de época islámica; y los vestigios de la última construcción palaciega, el Palacio de los Condes de Santiago, destruido por el terremoto de 1755.

Su excepcional ubicación, en la colina de San Jorge (muy recomendable coger el tranvía 28 para llegar hasta él), hace del castillo uno de los mejores miradores de Lisboa, con vistas únicas de la ciudad. Además, en la Torre de Ulises podemos encontrar el Periscopio, un sistema óptico de lentes y espejos inventado por Leonardo Da Vinci en el siglo XVI, que permite examinar ver en 360º.

La segunda parada es muy cerca de Lisboa, en la emblemática villa de Sintra. Nos espera el Castillo de los Moros, una de las principales atracciones turísticas y declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO en 1995. Es una fortificación militar construida en torno al siglo X que fue testigo del islamismo en la región lisboeta. Dominando Sintra desde lo alto, tenía la función de garantizar la vigilancia y protección de Lisboa y sus alrededores, ya que permite admirar todo el paisaje que se extiende hasta el océano Atlántico.

El castillo de Sesimbra, situada en la península de Setubal, ofrece las mejores vistas del valle y la costa. En el siglo XII fue tomado por el rey Alfonso I de Portugal (conocido por los portugueses como Afonso Henriques), reconquistado después por los árabes y recuperado, más tarde, por los cristianos bajo el mandato de Don Sancho I. Elevado a 200 metros sobre la ciudad, en su recinto amurallado se encuentra la iglesia de Santa María do Castelo, donde admirar el altar dorado y sus azulejos.

No nos vamos de Setubal. La villa de Palmela es un lugar con historia que acoge un precioso conjunto monumental. El Castillo de Palmela, de imprescindible visita, ofrece una panorámica estratégica de parte del estuario del Sado, de una vertiente de la cordillera de Arrábida y de las llanuras que la separan del río Tajo. En este castillo también se encuentra la hermosa casa de huéspedes del mismo nombre.

En la costa, cerca de nuevo de Lisboa, nos espera la Fortaleza do Guincho. Es un lugar ideal donde alojarse. Construida en el siglo XVII, ha sido totalmente renovada y transformada en un hotel de lujo, cuyo restaurante tiene una Estrella Michelín. Ofrece unas vistas maravillosas de la famosa playa de Guincho, el Océano Atlántico y Cabo da Rocha, el punto más occidental de Europa.

A unos pasos encontramos la antigua Fortaleza da Cidadela, construida originalmente en el siglo XVI. Allí hay una pousada típica que combina lo antiguo y lo moderno en sus habitaciones, muchas de ellas situadas en el antiguo cuartel, con las mejores vistas al mar. Acercarse hasta la orilla del Atlántico es la mejor forma, sin duda, de acabar una ruta histórica y llena de encanto.

Más información:
Turismo de Lisboa

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