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ISRAEL

Ruta por las desconocidas playas de Haifa

Este rincón de Israel está bañado por tres de sus lados por un Mediterráneo azul y luminoso. En sus aguas se puede practicar surf e incluso buceo en yacimientos arqueológicos submarinos.
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Haifa es la mayor ciudad del norte de Israel, con un área urbana que roza los 600.000 habitantes. Situada a unos 90 km. de Tel Aviv, se erige en las laderas del monte Carmelo, siendo mencionada por primera vez en textos del siglo III a. C. En aquel entonces, se trataba de una pequeña aldea cercana a Shikmona. Quién iba a pensar que, 24 siglos después, sería el principal puerto comercial del país.

Aunque son las playas de Tel Aviv las más conocidas, junto a las de Coral Reef en el mar Rojo (en el extremo sur del país, frontera con Egipto y Jordania), Haifa coge cada vez más fuerza entre los que se deciden disfrutar de unos días de olas y arena fina mientras disfrutan de unas vacaciones por Israel. De hecho, la ciudad está rodeada por tres de sus lados por el Mediterráneo, permitiendo todo tipo de diversión acuática.

La del barrio de Kiriat Haim es una de las más populares. Destaca por sus amplias zonas de vegetación y jardines situados a lo largo de la misma. Allí no faltan instalaciones propias de las playas californianas como los famosos kioscos de salvamento. Pensada para las familias, se pueden encontrar áreas para hacer una barbacoa y restaurantes, así como numerosas zonas de aparcamiento gratuito. Además, se puede llegar también en autobús local, al no encontrarse demasiado lejos de la ciudad.

A los pies del monte Carmelo está la playa de Bat Galim, uno de los mayores arenales de la ciudad. Durante el Mandato Británico de Israel, este rincón de la ciudad fue el centro de entretenimiento oficial y, hoy, su playa mantiene ese espíritu festivo. Es, de hecho, la favorita de los surferos, que acuden aquí en masa para disfrutar de las olas en un entorno donde las construcciones aún no lo han invadido todo.

Cuenta con su propio paseo marítimo protegido, así como áreas deportivas y de juego. A lo largo de este no faltan pequeñas cafeterías en las que sentarse a ver la puesta de sol, así como tomar un tentempié entre sesión y sesión de ‘doma’ de olas. Además, es posible realizar y alquilar tablas y velas de windsurf.

También hay espacios para playas, cuanto menos, curiosas. La de Hof Hashaket tiene separación de sexos a la hora de disfrutarla. Así, las mujeres pueden bañarse aquí los domingos, martes y jueves. Mientras que los hombres disponen de los lunes, miércoles y viernes. Sólo el sábado es posible ir con personas del otro sexo, a diferencia de otras playas pensadas para la comunidad ultraortodoxa en la que permanecen cerrada durante el ‘sabath’; y son muchas las que acuden a ellas sin necesidad de comulgar con esa corriente del judaísmo gracias a que los días para féminas se puede hacer topless sin problemas, al no poder ofenderse nadie con su desnudo parcial.

Tras la jornada de playa, siempre hay tiempo para escaparse a alguno de los rincones más interesantes de Haifa. Por ejemplo, los Jardines Bahai, los más majestuosos de Israel por su belleza y diseño. Se crearon en torno al templo y centro religioso de los seguidores de la fe bahaí, una escisión del islamismo chií de Irán de mediados del siglo XIX. El templo tiene una bonita cúpula dorada (la componen 14.000 ladrillos de este color) y fue construido en 1953 con mármol italiano y columnas de granito.

Las vistas desde aquí son perfectas, como desde el monasterio carmlita de Stella Maris, del siglo XIX. En el interior de su iglesia fascina una estructura de marmol italiano coloreado. Además, se encuentra en el camino al viejo faro, por lo que el paseo es irrenunciable.

Al caer la noche, nada como terminar la jornada de playa en la Colonia Alemana, un barrio cercano a los jardines Bahai cuya calle principal, el Boulevard Ben Gurion, siempre está a rebosar de cafeterías, restaurantes y tiendas; así como detalles de cultura pop en cada rincón.


Más información:
Turismo de Haifa