¿Sabes cuál era el vino favorito de Shakespeare?

La historia del vino de Madeira comienza allá por el año 1419, se cree que las primeras cepas llegaron de la isla de Creta y un tiempo más tarde se añadieron nuevas variedades que son todavía hoy esenciales en los vinos de esta isla portuguesa; la fama de estos vinos se disparó cuando Madeira se convirtió en un puerto estratégico tanto para los ingleses como para los propios portugueses en sus viajes comerciales tanto hacia la India como hacia Brasil respectivamente; el vino se convirtió a un tiempo y a la vez en un producto esencial en las cocinas de los barcos en estos grandes viajes y también en un producto esencial de las exportaciones portuguesas, fue así como llegó a Inglaterra y conquistó a Shakespeare hasta el punto de que el escritor inglés lo ingluyó en su obra Enrique IV.

La historia del vino de Madeira no solo es comercial y literaria, tiene también un aspecto épico porque en el S.XIX, concretamente en 1852 y 1872, sufrió serias crisis debidas a enfermedades de las vides pero ya en el S.XX el vino de Madeira recuperó su fama y su prestigio.

Hoy en día las variedades de uva más pupulares de Madeira son tinta negra mole sercial, boal, verdejo y malvasía pero no son las únicas, hay muchas más, de ahí que variedad de vinos de Madeira sea tan notable, los hay blancos, rosados, tintos y espumosos, también diversos en sus grado de dulzura, de seco a medio seco o de dulce a medio dulce. Si visitas esta bella isla portuguesa este verano te recomendamos que pruebes sus vinos, puedes disfrutar de ellos en las bodegas y restaurantes que ofrecen degustaciones, degustaciones que por cierto se complementan con el rico pastel de miel de Madeira.

Solo un apunte más: si quieres visitar Madeira en tiempo de vendimia y ver cómo nacen sus estupendos vinos, organiza tu viaje para finales de agosto o ya para el mes de septiembre, es entonces c uanso se cosecha la uva y se celebra, además, el Festival del Vino.