Viajestic» Destinos

Europa

Sibiu, la ciudad mártir de Transilvania

La antigua capital de los Cárpatos posee uno de los títulos más exóticos de Europa.
Imagen no disponible | Montaje
Imagen no disponible | Montaje
Imagen no disponible | Montaje
Imagen no disponible | Montaje
Imagen no disponible | Montaje
Imagen no disponible | Montaje
Imagen no disponible | Montaje
Imagen no disponible | Montaje
Imagen no disponible | Montaje
Imagen no disponible | Montaje

A pesar de tener un título que no causa precisamente envidia, visitar la ciudad mártir de Sibiu no es una experiencia nada desdeñable. Y tampoco si tenemos en cuenta que se encuentra en la siempre avocadora Transilvania. Pero este rincón de los Cárpatos, que fue capital del principado durante décadas, en vez de desgracias, lo que permite es acercarse a una de las historias culturales más interesantes de Europa. Fundada por sajones en el siglo XII, siempre ha sido uno de los motores de la innovación de Rumanía. Quizás tenía mucho que ver este origen, que se mantuvo hasta la Segunda Guerra Mundial, ya que en ella vivía la más importante minoría alemana del país. Así, fue aquí donde se abrió el primer teatro del país, en 1788; el primer zoológico, en 1928; la primera ciudad con electricidad, en 1896; la segunda de Europa en contar con tranvía eléctrico, en 1904... y así más de una docena de efemérides que dejan claro que Sibiu fue uno de los epicentros de lo que es hoy 'la vida moderna'. Ser Capital Cultural Europea en 2007 revitalizó el turismo de Sibiu, cuyo casco antiguo, junto a la ribera del río Cibin, es digno de recorrer con calma. Este se divide en dos zonas: la Ciudad Baja y la Ciudad Alta. La primera permite conocer cómo era la vida antes del siglo XIX, con casas pequeñas, portales con callejones interiores... y ver una iglesia de 1386. La segunda, por su parte, es la más visitada, con tres grandes plazas sobre las que pivota la vida de la ciudad y en la que se encuentran los puntos más interesantes: la Casa Azul, una casa barroca del siglo XVIII; el Palacio Brukenthal, residencia del gobernador de Transilvania; o el Ayuntamiento. Mención aparte merecen las fortificaciones, murallas de ladrillo de adobe que se mantienen intactas a pesar de ser del siglo XVI. También de esa época son los bastiones, algunos de ellos aún visitables. A lo largo de ellas, el callejón de las escaleras es la compleja arteria que une ambas zonas del centro. Acercarse a Sibiu es vivir la historia medieval y barroca de Europa Central en todo su esplendor, así como conocer uno de los polos más dinámicos de la Rumanía actual. Mucho más que una escapada.