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Stornoway, naturaleza en la isla de Lewis

La localidad más grande del archipiélago de las Hébridas Exteriores, en Escocia
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Las Hébridas escocesas son aún unas bellas desconocidas para muchos viajeros. Nos situamos en las Hébridas Exteriores -también conocidas como Occidentales-, que están separadas de las Highlands escocesas por los poco más de 40 kilómetros de ancho del estrecho de Minch. Lewis, Harris, Taransay, North Uist, Benbecula, South Uist, Barra y St. Kilda, esos son los nombres de las principales integrantes de esta peculiar cadena de islas de 240 kilómetros de longitud. Todas ellas con una flora y una fauna salvaje, playas inexploradas y una fuerte cultura gaélica. Stornaway, la capital de la isla de Lewis, es solitaria y, al igual que en el resto del territorio, en ella no se oye el rugir de los motores de los coches, ni tampoco se escucha bullicio ya que tiene pocos habitantes, paisajes prácticamente vírgenes y es una de las islas más remotas de todo Gran Bretaña. Tan solo a la parte norte se le llama la isla de Lewis, mientras que a la parte sur se le conoce con el nombre de isla de Harris, aunque en realidad son solo una. Es la localidad más grande de todas las Hébridas Exteriores y está situada en el istmo de la isla de Lewis. Stornoway fue fundada por los vikingos, quienes se instalaron en este territorio debido a la situación estratégica y a la posibilidad de construir un puerto resguardado y protegido de posibles ataques. La bautizaron como Stornavagr –que en el antiguo idioma noruego significa “bahía de dirección”- y un poco después, en el siglo XVII, Stornoway fue arrasada por las tropas de Oliver Cromwell. Los pocos habitantes de la capital se dedican principalmente a la pesca y la agricultura, aunque algunos viven del turismo o incluso la industria del petróleo. En cuanto a la gastronomía, no se puede viajar a Stornoway sin probar la especialidad: el famoso pudin en cualquiera de sus variantes, negro, blanco o de frutas. También es muy característico de la ciudad el marisco y pescado fresco, que se puede saborear en los restaurantes de la localidad. También es imprescindible visitar las tiendas que venden productos artesanales de las Hébridas Exteriores, tales como joyería o ropa de la marca Harris Tweed. Se puede visitar el Museo Nan Eilean, que abrió sus puertas en 1984 y se trasladó a su situación actual, Francis Street, en 1995. En su interior se exponen objetos,  fotografías, archivos, grabados y pinturas que muestran a los visitantes la historia de las islas del archipiélago. La Galería de Arte Un Lanntair resulta interesante y también el Lewis Loom Centre, que cuenta principalmente la historia de la famosa marca de moda Harris Tweed, originario de la localidad. La construcción más llamativa es, sin duda, el Castillo de Lews, que se construyó en el siglo XIX. Pertenece a la época victoriana y se construyó como casa de campo de Sir James Matheson, el entonces rico dueño de la isla quien, en 1923 se lo cedió a la parroquia de la ciudad. También rodean la isla numerosas playas de arena blanca que se extienden por toda la isla y las conocidas piedras de callanish –menhires de la época prehistórica-. Stornoway es una localidad que resulta misteriosa y distinta al resto de las que componen el país escocés. Como dato curioso, en el año 2007, Land Rover introdujo en su catálogo el color Stornoway Gris en referencia a la ciudad. Se puede viajar a la isla en avión desde las localidades de Aberdeen, Edimburgo, Glasgow, Inverness y Benbecula.