Europa
Estambul es una ciudad que embruja a muchos y conquista a prácticamente todos sus visitantes. La ciudad de las mil y una noches, de los aromas exóticos, de las esencias y el patrimonio histórico incomparable. La capital turca tiene algo que, inexplicablemente, invita a volver, a recordar la ciudad a través de fotos y experiencias allí vividas. No importa la época del año que sea, en Estambul siempre se respira un ambiente especial. Entre boutiques de moda, cafeterías, tiendas de antigüedades y galerías de arte, en pleno barrio de Çukurcuma, sobresale un edificio que llama la atención en primer lugar por su fachada, es el House Hotel Galatasaray. Ocupa un espacio muy singular, el que antes era una antigua mansión construida en la década de 1850. Lo que anteriormente y durante más de un siglo fue una residencia privada en la que se respiraba un selecto ambiente repleto de decoración exclusiva, hoy se ha convertido en un alojamiento excepcional. Su buena ubicación, al final de la colina de la avenida Istiklal, hace que sea el lugar perfecto para alojarse y conocer la ciudad a pie. Está bien comunicado y tiene varias paradas de metro, tranvía y ferry a muy poca distancia. El barrio en el que se encuentra el hotel es bohemio, con una vida nocturna vibrante y unos días en los que las opciones culturales son numerosas. El estilo y la elegancia se han mantenido intactos, lo único que ha cambiado ha sido la distribución de la mansión y los muebles y detalles de diseño contemporáneo. Aparte, por supuesto, de la gran labor de restauración que se ha llevado a cabo en el edificio de cuatro plantas, que aún mantiene su anterior nombre en la entrada: Zenovitch Apartament. Nada más entrar al House Hotel Galatasaray y traspasar su antigua fachada, sorprenden los amplios espacios comunes y la claridad que tiene el interior. En él se han conservado detalles originales como los techos altos, las escayolas y yeserías que decoran paredes y techos, las baldosas de los suelos y una bonita escalera de mármol que viste todo el edificio y es el imponente nexo entre todas sus plantas. Cuenta con veinte suites, cada una tan acogedora que cualquier huésped que se aloje en ellas se sentirá como en su propia casa. Las habitaciones, con suelo de parqué, son espaciosas y muy sofisticadas. Tienen todo tipo de comodidades, desde pantalla plana a aire acondicionado y wifi. En todas las estancias se percibe un sugerente contraste entre lo viejo y lo nuevo, que recuerda la estética imperial de la época del Imperio Otomano. La magia contemporánea ha corrido a cargo del estudio de decoración Autoban, quienes han optado por barandillas de hierro fundido y lámparas de araña, entre otros detalles, para conseguir el resultado tan característico del House Hotel Galatasaray. En la última planta, está el bar desde el que se tienen unas bonitas vistas a todos los tejados rojos de Estambul y también a la torre Galata. Está decorado con sofás Chesterfield marrones, una chimenea y techo de madera, al estilo lounge. En él se pueden degustar aperitivos y platos ligeros o bien disfrutar del ambiente chill out con un cóctel típico turco o clásico como el margarita.