PORTUGAL
La Torre de Belém es uno de los iconos de la capital de Portugal. Te damos algunos datos para que cuando la visites, lo hagas mucho más en profundidad.
La Torre de Belém es uno de esos monumentos que cualquier viajero quiere conocer cuando se encuentra en Lisboa, la capital de Portugal. Es uno de sus lugares más icónicos y emblemáticos, por lo que los turistas regresan a sus casas con unas cuantas fotografías suyas guardadas en las galerías de sus teléfonos móviles o las tarjetas de memoria de sus cámaras. Pero más allá de eso, muchas personas conocen pocas cosas sobre esta torre. Y precisamente a eso es a lo que vamos a ponerle solución a continuación. Presta atención, pues esto es todo lo que tienes que saber de la famosa Torre de Belém de Lisboa.
Para empezar, diremos que la Torre de Belém es una antigua construcción militar que está situada en la desembocadura del río Tajo. Diseñada por el arquitecto Francisco de Arruda, empezó a construirse en el año 1516, pues fue en ese momento cuando Arruda recibió 763 bloques y 504 piedras para ello. Sin embargo, no fue hasta el 1519 cuando se inauguró.
De ella también podemos decir que sirvió como fortaleza; era el lugar ideal para vigilar si se acercaban invasores y poder defender la ciudad. Pero con el paso de los años, la Torre de Belém tuvo otros usos. Así, sirvió como puerto desde el que los exploradores de Portugal partían. También como lugar de recaudación de impuestos, es decir, como sitio en el que cualquier persona tenía que pagar antes de entrar a Lisboa. Y por si fuera poco, dicha torre también tuvo la misión de guiar a las embarcaciones que se encontraban en el mar, convirtiéndose en un faro.
Declarada Patrimonio Cultura de la Humanidad por la UNESCO en el año 1983, la Torre de Belém de Lisboa presenta un estilo manuelino. Cuenta con una estructura de la que destacan dos elementos principales: la torre y el baluarte. Y de hecho, es a través de este baluarte por donde se accede al interior de la torre.
Respecto a dicho interior, podemos decir que es un lugar bastante sencillo, aunque de él podemos destacar algunas figuras del patrón de Lisboa, San Vicente. También que la torre tiene cinco pisos, comunicados entre ellos por una estrecha escalera de caracol. Debes saber que, si accedes al interior y hay mucha gente, tendrás que esperar para subir o bajar y puede resultar incluso agobiante.
Volviendo a sus cinco pisos: en las tres primeras plantas de la Torre de Belém de Lisboa se encuentran la Sala del Gobernador, la Sala de los Reyes y la Sala de Audiencias. Un piso más arriba, en el cuarto, hay una capilla y en el quinto hay una terraza con grandes vistas.
Dicho esto, puedes imaginarte que lo mejor de este lugar tan icónico de Lisboa se encuentra en su exterior. Es allí donde puedes disfrutar de su fachada de piedra, de sus galerías y sus torres de vigilancia. También de algunos elementos naturalistas, tales como la gárgola del rinoceronte. Aunque si cuentas con tiempo suficiente, no está de más acceder a ella para conocerla por dentro.