PATRIMONIO, TRADICIÓN, MODERNIDAD Y EXCELENTE GASTRONOMÍA
En Tarragona, la historia se siente a cada paso, y entre sus piedras, además, cobra vida.
Si Roma es la ciudad museo por excelencia, a orillas del Mediterráneo, hay otro gran museo al aire libre. Patrimonio de la Humanidad desde el año 2000, esta bella ciudad catalana ha sabido conservar y recrear como ninguna la vida y las costumbres de aquella civilización que marcó para siempre su destino, y el nuestro. Y lo hace cada año celebrando un gran Festival Cultural.
El pasado y presente se dan la mano en Tarragona creando un mágico túnel del tiempo que merece la pena atravesar. Por sus calles, sus rincones con encanto, y con la majestuosidad de su pasado en cada esquina, este es un destino que resulta excepcional. Si todavía no conoces Tarragona, te invitamos a que lo hagas. En familia, en pareja o con amigos, una escapada a esta ciudad es ideal en cualquier época del año.
Cuenta la leyenda que el dios Júpiter abandonó a su esposa, la terrenal Tíria, al enamorarse de Tarragona. Y no nos extraña para nada. Tal es el impacto que provocó Tarragona en la Roma imperial, y el que sigue provocando en todo aquel que se decide a visitarlas hoy, tras siglos de avatares.
Los romanos la eligieron para fundar su primera fortificación más allá de la Península Itálica en el siglo III antes de Cristo. Y gracias a eso, podemos encontrar en ella monumentos imprescindibles, legado de aquella época gloriosa, que han llegado hasta nuestros días.
Hablamos de increíbles monumentos como el Anfiteatro o las Murallas, de las que se conservan unos mil metros, del Circo Romano o del Acueducto. Tarragona posee un conjunto arqueológico de incalculable valor que debería ser obligatorio visitar con los más pequeños de la casa.
A este patrimonio se le suman otros dos bienes inmateriales, también reconocidos por la Unesco: uno tradicional, los Castells, y otro gastronómico, la Dieta Mediterránea. El primero, desde 2010, los Castells, torres humanas que constituyen una de las señas de identidad de la tradición catalana y que tienen en Tarragona un referente. Sobre todo durante las fiestas de Santa Tecla, en el mes de septiembre, y en el primer domingo de octubre de los años pares, momento en el que se dan cita en la plaza de toros las principales calles de Catalunya en lo que se ha convertido en una competición espectacular. El segundo Patrimonio de la Humanidad, es en este caso gastronómico. Y es que desde 2013, la Dieta Mediterránea, es la clave para entender la cocina tarraconense.
Pero Tarragona no es solo un inmenso museo al aire libre. En ella, la historia cobra vida gracias al Festival Cultural Internacional “Tarraco Viva”.
Creado en el año 1999, en este festival se recrea, durante la segunda quincena de mayo, la vida y las costumbres de una de las más grandes civilizaciones del Mediterráneo clásico.
Gracias al Festival Cultural Internacional “Tarraco Viva” podemos viajar a nuestro pasado.
Y aunque casi todo en Tarragona empieza en Roma, nada acaba allí. Su Ruta Medieval con la Catedral como máximo exponente, del siglo XIV, románica con fachada gótica; el Claustro, de planta cuadrangular; las capillas de San Pablo y de Santa Tecla la Vieja, las torres de las Monjas, de Tintoré o de Arantes y la judería. Hay mucho que ver y mucho que descubrir en la ciudad.
También hay una Tarragona modernista, con el Teatro Metropol como abanderado, al que le sigue el altar del Santuario del Sagrado Corazón, obra del genial Antonio Gaudí; el Mausoleo de Jaime I, el Mercado Central, el Matadero o los singulares edificios de la Rambla Nova.
Y existe incluso una interesante Ruta de los Primeros Cristianos, que pasa por el Museo Diocesano, y por el Museo y la Necrópolis Paleocristianos, el Foro de la Colonia o por la Basílica funeraria del Parque Central. Si te gusta la historia aquí te lo vas a pasar como nunca.
Tarragona es un destino que no te puede perder, en cualquier momento y en cualquier época del año. Cada estación nos trae algo diferente y sorprendente. En primavera, la Semana Santa, ya a la vuelta de la esquina, la más importante de Cataluña por su espectacularidad y por su tradición; y también en mayo el festival “Tarraco Viva.” Un evento del que ya os hemos hablado en Viajestic. En verano, la fiestas patronales: Sant Magí, en agosto, y Santa Tecla, en septiembre. En otoño, la Semana Literaria. Y en invierno, “Anno Domini”, una recreación histórica de la Navidad.
Tarragona es también el puerto pesquero más importante de Cataluña, algo fundamental si lo que buscamos es disfrutar de su gastronomía. Pescado fresco, sus famosas gambas tarraconenses y los mejores productos de la tierra, son parte fundamental de la cocina tarraconense. Ahora además en plena temporada de calçots. Si no has asistido a una calçotada te recomendamos encarecidamente que lo hagas. Estas exquisitas cebollas que se asan directamente sobre brasas de encina, que se sirven sobre una teja y que se pelan y se untan en salsa de romesco, son sencillamente una delicia. Y más si las comes acompañadas de los vinos de la D.O. Tarragona.
La oferta turística de Tarragona es única. Desde su patrimonio, pasando por su típico barrio de pescadores, El Serrallo, hasta el puerto deportivo y de cruceros de lujo, las posibilidades de practicar deportes náuticos, como la vela, el remo, el windsurf, el esquí náutico o el submarinismo, y por supuesto los tan preciados sol y playas. 15 kilómetros de costa con playas y calas de fina arena bañadas por aguas cristalinas a tu entera disposición. Sin duda, una ciudad privilegiada que mantiene la esencia del Mare Nostrum al que Tarragona se asoma desde su espectacular Balcón al Mediterráneo, con su famosa barandilla modernista. Más información: Turismo de Tarragona
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