EL OTOÑO MÁS BELLO
Nikko, a dos horas en tren de Tokyo, es uno de esos lugares increíblemente bellos que uno puede encontrar en Japón. Uno de los principales destinos turísticos japoneses y un paraíso natural además de un importante emplazamiento de obras maestras arquitectónicas, que son además Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde 1999.
Un lugar en el que la mayoría de los edificios de los santuarios, así como otros elementos, han sido catalogados como Tesoros nacionales o de valioso patrimonio cultural. Y muy cerca de la capital, un remanso de paz en el que viajar al pasado y disfrutar de bellos jardines, parajes naturales y aguas termales.
La monumental Puerta Yomeimon, lujosamente decorada, marca el acceso principal al extravagante y singular santuario Toshogu, un tesoro nacional, y uno de los edificios más importantes de la ciudad además de la principal atracción de Nikko. Un santuario terminado en 1636 que está dedicado al fundador del shogunato de los Tokugawa.
A diferencia de otros santuarios, en este santuario se puede ver una exuberante mezcla de colores, detalles de hojas de oro y de esculturas. En él se encuentra la famosa escultura de los Tres monos de la sabiduría "no oigo lo que no debe ser oído", "no digo lo que no debe ser dicho", "no veo lo que no debe ser visto," así como la del Gato durmiente. La mayoría de los edificios están considerados Tesoros nacionales del país o catalogados como bienes culturales.
Cerca del santuario hay otros edificios y rincones singulares como el puente Shinkyo o "Puente sagrado" que se alza sobre el río Daiya. Lacado en rojo, forma un arco sobre el río y su elegante estampa contrasta con la naturaleza salvaje de la garganta en la que se ubica. La leyenda cuenta que un ermitaño dio origen a Nikko atravesando el río a lomos de dos serpientes que están representadas hoy en día por este puente. En la época feudal, solo el emperador tenía derecho a cruzar el puente, un puente que conduce a un exuberante y hermoso parque de más de 16.000 cedros situado cerca de Toshogu.
Tampoco dejes de visitar el Santuario Futarasan fundado en el 767, el complejo religioso más antiguo del lugar con 23 edificios catalogados como importantes bienes culturales. Es el segundo de los tres santuarios de Nikko y se encuentra a orillas del lago Chuzenji, en la base del monte sagrado Nantaï. El santuario marca el comienzo del sendero de la ruta de senderismo a la cumbre del monte a 2.486 metros de altitud a la que llegarás en unas 3 ó 4 horas.
También es interesante el mausoleo Taiyuin o Taiyuinbyo, consagrado a Iemitsu, el tercer shogun Tokugawa, quien gobernó en el país; y el Templo Rinnoji fundado en el año 766 por el monje budista responsable de Nikko, y que es un templo que se convierte en un remanso de paz en el corazón de las montañas. Este templo es famoso por sus Tres Budas recubiertos de pan de oro, y por su precioso jardín de meditación japonés
Si decides conocer Nikko, el lago Chuzenji, está particularmente bonito ahora, rodeado de los colores del otoño. Y allí, el balneario Chuzenji Onsen es el lugar en el que puedes incluso pasar algunos días tomando baños de aguas termales volcánicas. Es posible caminar alrededor de toda la circunferencia del lago, 25 kilómetros, a través de senderos montañosos o disfrutar de visitas turísticas en los barcos que parten de Chuzenjiko Onsen.
A 5 minutos a pie desde la parada de autobús de Chuzenji Onsen, se encuentra la cascada Kogen, una de las más famosas de Japón, a la que es posible acercarse gracias a un ascensor. Y otro paseo de 15 minutos te llevará al Templo Chuzenji, que alberga la famosa estatua de la Diosa de los mil brazos.
Nikko y sus alrededores son una opción estupenda si decides visitar Tokio. Un viaje al Japón más tradicional que se va a convertir en una experiencia única y ahora es el mejor momento, con el follaje de otoño.