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Viaje gastronómico

Una ruta por Italia a través de su gastronomía

La gastronomía italiana es conocida y admirada a nivel mundial, pero muchas veces se nos olvida que no sólo está basada en pasta, pizza y helado. Esconde otras muchas perlas que hoy repasamos en un paseo muy especial por el país.
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Italia, ese país en el que el arte y la música se sienten en plena calle. Un lugar que ha inspirado a maestros de diferentes áreas a lo largo de los años, las décadas y los siglos. Uno de esos enclaves que parecen sacar siempre lo mejor de uno mismo, incluso hasta un nivel en el que jamás nos habríamos imaginado. Precisamente por todo esto, por su belleza, por sus gentes y, por supuesto, por su gastronomía, Italia se ha convertido en uno de los destinos más deseados por viajeros de todos los puntos del planeta.

Es precisamente su comida la que ha despertado un enorme interés en zonas del globo completamente diferentes y lejanas. Sin embargo, existe una cierta tendencia a minimizar la gastronomía italiana y a reducirla en tan solo tres platos: pasta, pizza y helado. Algo que dista muchísimo de la realidad culinaria del país, que ofrece todo tipo de productos naturales con unas elaboraciones que sólo podrás encontrar allí y que te dejarán aun más enamorado de Italia si es que es posible.

Si bien existen ciertas influencias de otras cocinas, por ejemplo en el norte, donde vemos que se han extendido platos de países como Suiza, los italianos han demostrado tener un talento especial para la creación de platos únicos y para sacar el máximo partido a sus materias primas. Si estás hambriento, es hora de viajar por todos los rincones del país para conocer qué recetas, qué productos, qué platos debemos probar obligatoriamente en cada lugar. ¡Despegamos!

Nuestro viaje parte desde el norte. Al igual que Italia no sólo es pasta, pizza y helado, tampoco se reduce a Roma, Florencia y Nápoles. En la zona del Valle de Aosta, colindante con Suiza y con Francia, podremos disfrutar de paisajes espectaculares que nunca habrías imaginado que se encuentran en Italia. En cuanto a la comida, no puedes marcharte de allí sin probar su versión de la ‘fondue’, en la que el protagonista es el queso fontina, típico de la región. Para los días más fríos, prueba la ‘zuppa alla Valpellinense’, una sopa a base de caldo de carne, repollo, pan negro y, por supuesto, queso fontina.

En nuestro camino hacia el sur de Italia nos encontramos con la región de Piamonte, una de las más conocidas del país. Como se trata de una zona más amplia, podemos encontrar más platos típicos y bastante diferenciados de una punta a otra, pero hay dos que destacan por encima de todos. En primer lugar, el ‘risotto tartufato piemontese’, cuya base es la famosísima trufa blanca de Alba, un verdadero manjar. Un plato radicalmente opuesto, pero también muy típico, es la ‘agna càuda’, una especie de salsa hecha con ajo, aceite de oliva virgen extra y anchoas, aunque en ciertas ocasiones se le puede añadir nata, mantequilla o leche. Se coloca en el centro de la mesa y los comensales mojan en ella verduras, que pueden estar crudas o cocidas.

La bellísima Génova, capital de la región de Liguria, nos abre sus puertas con unos paisajes únicos y una gastronomía sublime. Si te decides a hacer una parada en esta maravillosa zona, existen muchas recomendaciones posibles, pero la más destacable es, por supuesto, el pesto genovés. Prueba cualquier tipo de pasta con esta riquísima salsa y no querrás volver a poner un pie fuera de Génova.

Una de las ciudades más visitadas de Italia es Milán, la más importante de la región de Lombardía. Allí, además del Duomo y de las mejores tiendas de moda del país, tu paladar se sentirá en el verdadero paraíso si optas por pastas con rellenos algo dulces (como la calabaza), el famosísimo risotto con azafrán, también conocido como ‘risotto alla milanese’, o, por supuesto, la ya internacional milanesa, una chuleta de ternera con hueso empanada.

Pasando por Trento y sus platos inspirados en Europa, como la apfelstrudel o la gulash, llegamos a un paraíso para los turistas, para los enamorados, para los amantes del arte… Venecia. Ese lugar que todos queremos visitar y que, aseguran, es tan mágico que atrapa por completo, como también atrapa su gastronomía. No puedes irte de la zona del Veneto sin probar su pasta con judías o su bacalao con polenta: te encantarán.

Y ya casi en el centro nos encontramos con una de las regiones más ricas y más especiales de Italia: la Emilia Romagna. Allí y sobre todo en su capital, Bolonia, tienes que hincarle el diente a cualquier tipo de pasta con la salsa boloñesa original. Comprobarás que, por lo general, no tiene absolutamente nada que ver con la que comemos en España. Eso sí, antes de eso apuesta por un entrante que debería tener denominación de origen: la piadina romagnola. Riquísima con ‘squacquerone’, queso fresco típico de la zona, rúcula y mortadela de Bolonia.

Y de un lugar magnífico a otro mágico, en el que el arte es el total y absoluto protagonista. La Toscana, Florencia, esos paisajes que han inspirado a tantos y que siguen haciéndolo… La materia prima de la zona es incomparable, por eso la verdura está siempre incluida en la mayoría de los platos. Destaca el chuletón a la fiorentina, así como los callos y otros platos campesinos que transmiten por completo el sabor de la tierra.

En Peruggia las sopas y las lentejas son imprescindibles, mientras que en la zona de las Marcas son las aceitunas las que se llevan todo el protagonismo. ¡Se comen hasta fritas! Allí también podrás encontrar la versión original de la lasaña, conocida como ‘vincisgrassi’.

Y avanzando en nuestro camino hemos llegado hasta Roma. La zona del Lacio es famosa por su pasta carbonara, que no tiene absolutamente nada que ver con la que muchos conocemos en España donde generalmente la realizamos con nata, y por sus alcachofas. El cordero de lechal también es uno de los puntos fuertes de la zona y dependiendo del lugar concreto verás como lo preparan de maneras diferentes.

Ya casi llegamos al sur, pero antes tenemos que hacer una parada en la región de Abruzzo para probar sus ‘maccheroni alla chitarra’, una pasta muy similar a los espaguetis, pero más cuadrada y más porosa, que normalmente se acompaña con una salsa con ragú.

Aterrizamos ahora en el sur, en concreto en Nápoles. Puede parecer clásico, pero la pizza margarita de la zona te hará ver las estrellas. ¡Es maravillosa! Además, no puedes irte sin probar los espaguetis ‘alla vongole’ o ‘alla puttanesca’, así como algunos de sus postres. Si visitas la región de Campania en Semana Santa podrás hincarle el diente a la riquísima ‘pastiera napoletana’, una tarta típica de la época.

Otra de las ciudades más visitadas del sur de Italia es Bari, donde encontrarás un tipo de pasta fresca muy original, las ‘orecchiette’. Tienen un aspecto similar a las orejas, pero en un tamaño más reducido, y suelen acompañarse con diferentes tipos de salsas, aunque la más típica es la de tomate y carne de caballo

No podíamos irnos del sur sin visitar Calabria. Como imaginarás, aquí prima una cocina casera, que aprovecha absolutamente todo lo que le brinda la madre naturaleza. Por eso, destacan platos como la ‘bruschette con la n’duja’, un embutido típico de la zona que se caracteriza por ser muy picante y prácticamente cremoso. Además, si consigues que algún local te prepare en su casa unos macarrones, notarás la diferencia con todo lo que hayas probado antes.

Terminamos nuestra ruta por Italia con dos paradas imprescindibles: Sicilia y Cerdeña. En la primera, es recomendable un menú completo: ‘arancini di riso’ como entrante (una especie de croquetas rellenas de arroz, carne picada, tomate, queso, guisantes y azafrán), ‘pasta alla norma’ de principal y los ya mundiales ‘cannoli siciliani’ de postre. Saldrás de allí enamorado de la zona, de sus gentes y, sobre todo, de su comida. En Cerdeña prueba las diferentes pastas locales, como los ‘malloreddus’ y, por supuesto, su ‘pane casarau’. ¡Te encantarán!

En este recorrido intenso por toda la geografía italiana, en el que tendrás la oportunidad de experimentar todo tipo de sensaciones a través de los olores y los sabores de cada zona, no te olvides de comer todos los helados del mundo. Estarán buenísimos en cualquier ciudad. Eso sí, como recomendación personal, apunta dos sabores que no encontrarás con facilidad en España, al menos con la misma intensidad: ‘nocciola’ y ‘pesca’. ¡Buen provecho!