PUEBLOS CON ENCANTO
Castrillo de Polvazares fue declarado conjunto Histórico-Artístico en el año 1980. Te contamos todo lo que puedes descubrir al recorrer sus calles.
Castrillo de los Polvazares, para quienes no lo conozcan, es un pueblo de Castilla y León perteneciente a la comarca de la Maragatería. Concretamente forma parte del municipio de Astorga y, desde el año 1980, está declarado conjunto Histórico-Artístico. Además, está considerado como uno de los pueblos más bellos de su comunidad y hay quien se atreve a decir, incluso, que es algo así como un museo al aire libre. Porque te lo vamos a contar a continuación, pero tiene mucho por descubrir.
De esta localidad debemos decir que es una reconstrucción de lo que fue antiguamente Castrillo de los Polvazares. En el siglo XVI tuvo que reubicarse y crearse un pueblo nuevo, pues el existente por aquel entonces fue destruido por una gigantesca riada. Pero han pasado ya cientos de años desde entonces y, por tanto, el Castrillo de Polvazares que conservamos tiene también muchos años de historia.
Pese a eso, se trata de un pueblo bien cuidado y conservado, en el que llaman la atención sus construcciones de color rojizo con tejas de cerámica en los mismos tonos. En ellas resaltan puertas y ventanas, de un color blanco impoluto, algunas también en verde, que rompen con la monotonía del color de las calles. Porque lo que son las casas no todas son iguales: algunas tienen puertas grandes hechas con arcos de medio punto y otras, por contra, tienen puertas pequeñas de dintel recto.
Cabe apuntar, además, que estas casas hoy en día ya no son todas viviendas, sino que se han convertido en mesones y restaurantes con bonitos patios interiores. Así, el viajero puede comer en alguno de ellos un buen plato de cocido maragato, típico de esta comarca, antes de salir a descubrir más rincones del pueblo.
Porque en Castrillo de Polvazares hay más cosas por descubrir. Como por ejemplo que por allí cruza una de las rutas del Camino de Santiago. También la iglesia rural de San Juan Bautista o los escudos familiares que adornan algunas de las puertas del pueblo. Además, en esta localidad hay más lugares por visitar, como su antigua fuente (que años atrás fue de gran importancia para que los peregrinos pudieran beber agua) o el parque Castrillo, una pequeña zona verde situada junto al río.
En la calle principal, la calle Real, se puede admirar la arquitectura maragata pero también se pueden conocer algunos talleres artesanales del pueblo. Además, es allí donde se encuentra uno de los puntos más famosos del pueblo: la cruz que bifurca esta calle en dos.