MENORCA
Quien dice que no se pueden poner puertas al campo se equivoca, a continuación te explicamos por qué.
Cuenta el filósofo David Cerdá que la sabiduría popular no existe porque para cada refrán que nos parece cargado de razón suele haber otro que defiende, con la misma contundencia, lo contrario; por ejemplo: a quien madruga Dios le ayuda frente a no por mucho madrugar amanece más temprano; pues bien, en Menorca nos dan un ejemplo más de lo cuestionable que puede llegar a ser la sabiduría popular porque en esta bonita isla balear le han puesto puertas al campo (literalmente…).
Quien dice que no se pueden poder puertas al campo, más allá de confiar ciegamente en la sabiduría popular, no habrá visitado Menorca porque, de haberlo hecho, sabría que es justo al contrario, por supuesto que se pueden poner puertas al campo, es más, se han puesto ¿y a santo de qué? La culpa la tuvo el ganado, había que contenerlo de algún modo y el mejor era, indudablemente, poniéndole puertas al campo.
Claro que no hablamos de puertas convencionales sino de unas pensadas para ser útiles en un entorno natural, las realizan los araders y son una muestra de la artesanía menorquina que no te puedes perder si visitas esta isla; para descubrir estas curiosas puertas no tendrás más que pasear por la isla, recorrer sus diferentes caminos empezando por el famoso Camí de Cavalls, entonces descubrirás que tienes que ir abriendo y cerrando puertas al campo.
¿Y cómo son esas puertas al campo que se ponen en Menorca? Son de lo más curiosas, las hay como balaustradas, vallas de fincas, barandillas… aunque las más famosas son las llamadas barreras menorquinas que son las que puedes ver en el Camí de Cavalls; se tallan en madera de acebuche u olivo silvestre autóctono de Menorca; estas puertas han facilitado la vida de los campesinos y ganaderos menorquines en su origen pero en la actualidad se han convertido en uno de los atractivos turísticos de Menorca, parte de su patrimonio cultural.
Ya ves que visitar Menorca merece la pena no solo por sus inolvidables calas y playas y su gastronomía, también por sus senderos y por las puertas que ponen al campo.