EL TURISMO ORNITOLÓGICO ES UNA TENDENCIA AL ALZA
Así de repente nos puede parecer algo extraño, pero el Birdwatching es una actividad curiosa y relajante. Y gracias a las más de 300 especies que se dejan ver por los distintos parques naturales de las Islas Baleares, sin duda, este es un destino mágico para esta actividad.
El Birdwatching es, cada vez más, una experiencia que atrae a los amantes de los animales, pero también a los que disfrutan de los bellos paisajes y de la naturaleza. Tan solo necesitas espacios abiertos para convertirte en un experto en la observación de las majestuosas aves que sobrevuelan y habitan algunos de los mejores lugares del mundo.
El turismo ornitológico está, sin duda, al alza, y las Islas Baleares son uno de los mejores lugares para practicar este nuevo fenómeno que es todo un espectáculo de la naturaleza.
Baleares es un must para los Birdwatchers, y lo es por su privilegiada situación geográfica, su agradable clima, y la mezcla de paisajes de mar y montaña; la combinación perfecta como hábitat de las aves y lugar en el que pasan largas temporadas antes de emigrar a otros destinos.
En total, pueden apreciarse más de 300 especies en Mallorca, Ibiza, Menorca y Formentera, algunas de ellas ya patrimonio de las zonas donde habitan, como el halcón peregrino, el buitre negro, el pinzón real, la cigüeña o la pardela balear.
Cada una de las islas cuenta con emplazamientos especiales desde los que poder observar a estas aves, que en algunos casos solo pueden ser vistas en las Islas, como las dos especies endémicas: la Pardela Balear y la Curruca Balear.
En Mallorca, el mejor sitio es en el Parque Natural de S’Albufera en la bahía de Alcúdia. Con la zona húmeda más extensa de todo el archipiélago, y declarada Zona de Especial Protección para las Aves, forma parte de la Red Natura 2000.
A lo largo de los diferentes itinerarios se pueden ver gran cantidad de aves, más de 200. Algunas de ellas nidifican y pasan largas temporadas como la focha, el ánade real, el avetorillo, la cigüeñuela o el carricerín.
En Serra de Tramuntana, al noroeste de la isla, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, existen varias zonas de avistamiento de aves. Sobrevuelan los picos de las montañas o descansan en la vegetación, y destacan el águila pescadora, que pasa aquí el invierno, y el buitre negro, una especie en peligro de extinción que se ha convertido en todo un símbolo por su imponente tamaño y su característico color negro.
En Menorca, el Parque Natural S’Albufera des Grau, está considerado como uno de los más parques naturales más espectaculares de todo el archipiélago. Sus bosques de acebuches, humedales y playas dunares son lugar de acogida para un gran número de aves, aves que se pueden admirar en los distintos puntos de observación en cualquiera de las tres rutas que lo recorren. Algunas llegan en estaciones concretas pero durante todo el año se puede ver el milano real, el águila pescadora, la garcilla bueyera, el somormujo lavanco y la curruca cabecinegra.
Entre Ibiza y Formentera, el Parque Natural de Ses Salines, es uno de los parques naturales más extensos del territorio español. Aquí podrás disfrutar de 200 especies de aves, entre las que destacan los flamencos, que se han convertido en el principal atractivo para los visitantes. Además del flamenco, otras aves acuáticas como la cigüeñuela, el tarro blanco, el chortilejo patinegro o la gaviota son bastante comunes .
Además, en el Estany Pudent, se produce una de las mayores concentraciones de zampullines cuellinegros de toda Europa, todo un espectáculo para los birdwatchers.
Imágenes cedidas por: www.balearsnatura.com
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