LEÓN

Basílica de la Virgen del Camino: la leyenda y el motivo por el que se erigió un nuevo templo el siglo pasado

Viajamos hasta la provincia de León para conocer una de sus construcciones religiosas más importantes: la Basílica de la Virgen del Camino.

Basílica de la Virgen del Camino: la leyenda y el motivo por el que se erigió un nuevo templo el siglo pasadoImagen de Fernando Losada Rodríguez en Wikipedia, licencia: CC BY-SA 4.0

Es el momento más que perfecto para conocer la historia de la Basílica de la Virgen del Camino, una de las grandes joyas que podemos encontrar en la provincia de León. Como no podía ser de otra manera, está dedicada a la Virgen del Camino, patrona de León y también de la ciudad de Pamplona.

La basílica actual está construida entre los años 1957 y 1961 por el arquitecto Fray Coello de Portugal, para sustituir un santuario anterior que se había quedado pequeño ante la enorme cantidad de peregrinos y feligreses que se acercaban hasta ese lugar. Está regida por nada más y nada menos que la Orden de los Dominicos.

La Basílica de la Virgen del Camino, a través de su historia

Para conocer su origen, debemos conocer una leyenda. Ésta nos hace viajar a principios de julio de 1505, cuando Alvar Simón Fernández, un pastor de Velilla de la Reina, se encontraba recogiendo su ganado. En un momento dado, en la zona de El Humilladero, se le apareció la Virgen María.

Basílica de la Virgen del Camino. León | Imagen de David Perez en Wikipedia, licencia: CC BY 3.0

En ese mismo sitio, en terreno de la actual Basílica, se erigió una ermita. Esta edificación se amplió en el siglo XVIII, dando paso al Santuario. Tiempo después, aproximadamente en el siglo XX, había una necesidad imperiosa de ampliar este edificio. Sobre todo en el año 1914, cuando la Santa Sede quiso nombrar a la Virgen del Camino patrona de la región de León. Y es que cada vez eran más los feligreses que se acercaban hasta este lugar.

Por lo tanto, se tomó la decisión de sustituir esta edificación por completo pero, evidentemente, faltaban medios económicos. Fue entonces cuando Pablo Díez Fernández, leonés natural de Vegaquemada que emigró a México, se encargó de la financiación. No solamente promovió este nuevo santuario, sino también la creación de un colegio internado, un convento para los frailes dominicos y hasta una Casa de Ejercicios.

Este espectacular Santuario se inauguró a principios del año 1961 por Luis Almarcha Hernández, el que era obispo de León por aquel entonces. Otro año a destacar es 2009, ya que el 24 de febrero el Papa Benedicto XVI elevó esta construcción a la categoría de Basílica Menor. Esta decisión fue comunicada por el cardenal Antonio Cañizares tanto a Julián López Martín (obispo de León) como a Miguel Ángel del Río (prior).

La Basílica de la Virgen del Camino, a través de sus características

Como hemos mencionado, a mediados del siglo XX se destruyó el antiguo templo para erigir uno completamente nuevo. El arquitecto que se encargó de este proyecto fue Francisco Coello de Portugal, también fraile de la Orden de los Dominicos. Este templo es de planta basilical y cuenta con una sola nave, sin crucero ni aberturas laterales. De hecho, solamente entra luz por un espacio que está situado sobre el altar.

Interior de la Basílica de la Virgen del Camino. León | Imagen de David Perez en Wikipedia, licencia: CC BY 3.0

Por lo tanto, era evidente que su objetivo era construir un templo sobrio y austero pero que, a su vez, constase con diversos elementos que estuvieran integrados. Junto a este edificio principal se encuentra el Campanario que cuenta con, aproximadamente, 50 metros de altura. La decoración escultórica es obra de Josep María Subirachs mientras que las vidrieras fueron diseñadas por Albert Ràfols Casamada.

No podemos dejar de mencionar el retablo mayor, que perteneció a la iglesia que se encontraba en ese mismo lugar. Está presidido, como no podía ser de otra manera, por la Virgen del Camino, una talla de principios del siglo XVI. Esta imagen está acompañada por la de San Froilán y Santiago a los lados y, arriba, está San Miguel. Sin duda, estamos ante una Basílica que merece la pena visitar y descubrir.