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MADRID

Beti Jai: la historia de uno de los secretos que esconde Madrid

Es el momento de que descubras el Beti Jai: qué es, dónde se encuentra y cuáles su historia. ¡Te damos a conocer todos los detalles!

Beti Jai: la historia de uno de los secretos que esconde MadridImagen de Diario de Madrid en Wikipedia, licencia: CC BY 4.0

Madrid es una de las ciudades españolas que más secretos guarda, por lo que siempre sabe cómo dejarnos sin palabras. Uno de los lugares más desconocidos de la capital es, sin lugar a dudas, el Beti Jai. Estamos ante un espectacular frontón de pelota vasca que, desde luego, no deja indiferente a nadie.

¿Dónde podemos encontrarlo? Este lugar está situado en el número 7 de la calle del Marqués de Riscal. Por lo tanto, está bastante cerca del Paseo de la Castellana. Cabe destacar que el edificio fue realizado por Joaquín Rucoba, conocido arquitecto, y se inauguró a finales del siglo XIX. Después de una serie de acontecimientos, el Beti Jai se fue deteriorando. Afortunadamente, con el paso del tiempo, fue declarado como Bien de Interés Cultural (2011). En la actualidad, se puede visitar gracias al importante proceso de rehabilitación que se llevó a cabo.

Frontón de Beti Jai en 1916 | Imagen en Wikipedia, licencia de dominio público

¿Cuál es la historia que hay detrás del Beti Jai de Madrid?

En el año 1893 se comenzó a construir este frontón. El encargado de diseñarlo fue nada más y nada menos que Joaquín Rucoba, quien hizo otros diseños importantes a nivel arquitectónico como la Plaza de Toros de la Malagueta o la Casa Consistorial de Bilbao. ¡Siempre ha sabido sorprender con todas sus obras!

Debemos tener en cuenta que el Beti Jai fue el cuarto frontón que se inauguró, con estas características, en la capital de España. A finales del siglo XIX, la pelota vasca era un deporte que adquirió muchísima popularidad en esta ciudad. De hecho, le precedieron los siguientes frontones: Jai Alai, Fiesta Alegre y, cómo no, Euskal Jai.

En cuanto al Beti Jai, debemos tener en cuenta que fue inaugurado a principios del año 1894 y estuvo funcionando, a pleno rendimiento, hasta 1919. Cabe destacar que, durante la Guerra Civil española y con motivo de la defensa de la ciudad, el Beti Jai pasó a ser una comisaría. Lejos de que todo quede ahí, durante los primeros años de la dictadura, este lugar se utilizó para que las bandas municipales vinculadas al régimen pudieran ensayar.

Beti Jai antes de la restauración | Imagen de Igor González Martín en Wikipedia, licencia: CC BY-SA 2.0

Y no solamente eso, sino que a mediados del siglo XX, Citroën no dudó en comprar este lugar para utilizarlo nada más y nada menos como taller de reparaciones. El tiempo fue trascurriendo hasta que llegó 1997, cuando la sociedad vasca frontón Jai Alai la adquirió para recuperar ese uso deportivo que tuvo cuando se construyó. Posteriormente, la empresa Aguirene se quedó con esta peculiar propiedad.

Debemos viajar al año 2010 cuando el Ayuntamiento de Madrid tomó una decisión de lo más contundente al respecto: iniciar el proceso de expropiación. Esto terminó en 2015 y, por el Beti Jai, se llegó a pagar 7 millones de euros. Desde entonces se han realizado un gran número de rehabilitaciones, entre los años 2017 y 2019. Actualmente, se organizan jornadas de puertas abiertas para que los madrileños y visitantes puedan descubrir esta auténtica joya.

Beti Jai: la historia de uno de los secretos que esconde Madrid | Imagen de Diario de Madrid en Wikipedia, licencia: CC BY 4.0

Beti Jai, a través de sus características

Tal es su espectacularidad que ocupa una parcela de más de 3.500 metros cuadrados y, en cuanto a la superficie construida, supera los 10.000 metros cuadrados. ¡Es una auténtica locura! Por si fuera poco, hay que mencionar que está realizado en diversos estilos entre los que destacan el eclecticismo y el neomudéjar. Además, también hay ciertas partes donde el hierro es el material protagonista, algo que nos hace viajar al siglo XIX.

El núcleo central está conformado por una espectacular cancha que tiene 67 metros de largo, 20 metros de ancho y unos 11 metros de alto. A su alrededor se encuentran unas gradas que tienen cuatro plantas, capaces de albergar a 4.000 personas. Estamos ante uno de los puntos fuertes de este Beti Jai que, desde luego, con el paso del tiempo se ha convertido en una de las auténticas joyas de Madrid.