MENORCA
Cala Morell es una cala pequeña y preciosa de la isla de Menorca que esconde una necrópolis que hace viajar al pasado.
Cala Morell es una cala urbana situada al norte de la isla de Menorca a la que muchas personas acuden durante los meses de verano a disfrutar de lo maravillosa que es esta isla. Está rodeada de acantilados, su zona de arena tiene una extensión de unos 50 metros y cuenta con varias zonas rocosas que también permiten el baño. Pero además, junto a ella hay una necrópolis que traslada al visitante a la Edad de Bronce.
De hecho, las cuevas que dan lugar a esta necrópolis se encuentran en las paredes rocosas del barranco que da directamente a la cala. En realidad, no hablamos de un yacimiento arqueológico prehistórico cualquiera, sino que nos referimos a uno de los más espectaculares que alberga Menorca.
En concreto, esta necrópolis declarada hace un tiempo Bien de Interés Cultural está formada por un conjunto de catorce cuevas artificiales que se usaron en su momento como lugar de enterramiento colectivo. No obstante, es importante señalar que no todos ellos se produjeron en el mismo momento de la historia, sino que se puede diferenciar entre dos fases de ocupación.
La primera etapa en que estas cuevas artificiales se utilizaron como lugar de enterramiento fue durante la Edad de Bronce. A esta época corresponden, según los expertos, solamente dos cuevas. Son pequeñas y de planta ovalada y en sus paredes se pueden apreciar grabados de una época indeterminada.
Más tarde, concretamente durante el periodo post talayótico y hasta la edad romana, es decir, hasta el siglo II d.C, quienes habitaban la isla en aquel momento volvieron a utilizarlas con el mismo fin. A la época del talayótico final se atribuyen el resto de cuevas que conforman la necrópolis de Cala Morell, en su caso bastante grandes. Algunas, incluso, cuentan con columnas que dividen las cuevas en distintos espacios
Además de esto, cuando se hace mención a la necrópolis de Cala Morell se ha de destacar otro de sus elementos más característicos: los capades de moro. Son, en realidad, 22 cavidades de forma ovalada que se excavaron a 20 metros de la pared del barranco que protege la cala. No se conoce su función, pero los especialistas tienen por seguro que está relacionada con el mundo funerario de esas civilizaciones