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Castilla y León

La casa de Doña María la Brava de Salamanca: Esta es la curiosa y trágica historia

En Salamanca, en la misma Plaza de los Bandos, podemos encontrar la casa de Doña María la Brava. Esta es la curiosa y trágica historia que esconde.

Casa Doña María la BravaPxhere

Salamanca es una de las ciudades más importantes en cuanto a patrimonio monumental se refiere. A cada paso que das, encuentras un lugar donde parece que el tiempo se ha parado. Uno de esos rincones lo encontramos nada más y nada menos que en la conocida Casa de Doña María la Brava.

Se trata de un palacete del siglo XV, situado en plena Plaza de los Bandos. Se conoce de esta manera por esos bandos de los nobles enemigos que, durante décadas, se disputaron el dominio de la ciudad. El Bando de San Benito y el de Santo Tomé era al que pertenecía Doña María, la joven que protagoniza una de las historias más impactantes de la ciudad de Castilla y León.

¿Qué fue de la Guerra de los Bandos?

Está documentada a comienzos del siglo XIV aunque bien es cierto que su mayor apogeo llega tiempo después, concretamente en el siglo XV. Las familias de San Benito y San Tomé estaban constantemente enfrentados, hasta tal punto que Salamanca llegó a estar dividida, físicamente, por la Plaza del Corrillo.

Ese era un límite que absolutamente nadie podía cruzar. Lo que es un hecho es que, desde un primer momento, este conflicto terminaría con la reconciliación que decidió propiciar San Juan de Sahagún en 1476. En el mes de septiembre de ese mismo año, consiguió reunir a los bandos para que firmaran el Acta de la Concordia.

Casa de Doña María la Brava | Imagen de Zarateman en Wikipedia, licencia: dominio público

Doña María “La Brava”, protagonista de una trágica historia

Doña María Rodríguez de Monroy, conocida como “La Brava” era natural de Plasencia y, poco tiempo después, se trasladó a Salamanca tras casarse con Enrique Enríquez de Sevilla. Se mudaron a una casa que todavía no solamente se conserva, sino que también lleva su nombre. A pesar de todo, no tardó mucho en enviudar y quedarse con dos hijos a su cargo: Luis y Pedro.

En uno de los tantos enfrentamientos entre estos dos bandos derivado de un juego de pelota, los hijos de Doña María fueron asesinados por los hermanos Manzano (bando de San Benito). Para evitar cualquier tipo de represalia, los asesinos huyeron a Portugal mientras que Doña María, que en esos momentos no se encontraba en la ciudad, regresó a Salamanca para dar sepultura a sus dos hijos.

Después de esta pérdida, no quedaba ningún varón en la familia que pudiese vengar la muerte de Pedro y Luis. De esta manera, Doña María hizo creer que se iba a una temporada a Segovia para descansar, aunque en realidad salió en busca de los asesinos de sus hijos.

Una vez fuera de Salamanca, y teniendo la certeza de que nadie le seguía, puso rumbo a Portugal. Cuando encontró a los hermanos Manzano, no dudó en decapitarles. Cuando volvió a la ciudad se trajo consigo las dos cabezas para depositarlas en las tumbas de Luis y Pedro, sus hijos, en la iglesia de Santo Tomé. Otra historia asegura que mandó colgarlas en la fachada de su casa. Lo que es un hecho es que, desde ese momento, pasó a llamarse “La Brava”.

Casa de Doña María la Brava | Imagen de Tamorlan en Wikipedia, licencia: CC BY 3.0

¿Dónde se encuentra la casa de Doña María “La Brava”?

Está situada en uno de los lados de la conocida Plaza de los Bandos. Se trata de un edificio que fue construido en el siglo XV, presentando los elementos arquitectónicos absolutamente típicos de las casas nobles de aquella época. El escudo principal, ubicado en el mismo centro, pertenece a los Enríquez de Sevilla. Por su parte, el de la izquierda es el de los Monroy y el de la derecha el de los Maldonado.

En el siglo XX, esta casa llegó a acoger las dependencias del Centro Farmacéutico Salmantino. En la actualidad, se ha remodelado para hacer un hotel. Muy cerca de este lugar podemos encontrar la Casa de los Manzano, es decir, de los asesinos de los hijos de Doña María “La Brava”. Para ello, debes entrar a la calle de Espoz y Mina hasta llegar a una calleja que conduce a la Plaza de la Libertad. Es fácil reconocer esta casa por las banderas de su fachada, ya que hoy en día pertenecen a un organismo oficial.