ÁVILA
Viajamos hasta un lugar realmente especial: la Casa natal de Isabel la Católica. ¿Dónde se sitúa? ¿Cuál es su historia? ¡Lo descubrimos!
Ponemos rumbo hasta un lugar absolutamente único y fascinante para los amantes de la historia. Estamos hablando, cómo no, de Madrigal de las Altas Torres, en la provincia de Ávila. En ese mismo punto se encuentra la Casa Natal de Isabel la Católica. ¡Es el momento de conocer toda su historia!
Para comenzar, debemos saber que la Casa Natal de Isabel la Católica está ubicada en el Palacio de Juan II que, en la actualidad, forma parte del espectacular Real Monasterio de Nuestra Señora de Gracia, situado en Madrigal de las Altas Torres. Durante un tiempo, este lugar fue residencia de verano tanto de Juan II como de María de Aragón, su esposa.
Un año a destacar es 1438, ya que este lugar fue nada más y nada menos que el lugar que acogió la primera convocatoria a Cortes del Rey. Tiempo después, el 22 abril de 1451, nació en ese mismo lugar Isabel la Católica, hija de Juan II con su segunda mujer, Isabel de Portugal.
La que con posterioridad se convertiría en una de las reinas más importantes de la historia, pasó parte de su infancia en este palacio, concretamente entre los años 1451 y 1455. Ese lugar le proporcionaba cierta paz y tranquilidad, motivo por el cual regresó a él en gran número de ocasiones.
Debemos tener en cuenta que las principales dependencias de este palacio son nada más y nada menos que el salón de Cortes, el salón de Embajadores, las capillas reales, la alcoba y la escalera regia. Todos estos rincones cuentan con impresionantes artesonados de estilo mudéjar.
Cuenta con una planta trapezoidal, algo típico en los palacios castellanos del siglo XV. De hecho, se construyó de manera tan austera que llegó a describirse como un edificio “no más suntuoso que la morada de un pobre hidalgo”. En cuanto a la fachada, se aprecia que tiene forma un rectángulo apaisado, con dos imponentes torres cuadradas. Es importante saber que, antes de que se llevara a cabo su restauración, el lienzo contaba con tres alturas.
La parte superior se trataba de una galería, cubierta a la perfección por cuatro espectaculares arcos con celosías hechas en ladrillo. En cuanto a la parte intermedia, contaba con ventanas pequeñas mientras que, la parte inferior, tenía vanos ciegos. Un dato curioso es que, alrededor del patio de este palacio, estaban las estancias que llegaron a ocupar nada más y nada menos que los Reyes Católicos.
Fue en 1535, cuando el emperador Carlos V (nieto de Isabel la Católica) decidió donar este palacio a su tía María Esperanza de Aragón, hija de Fernando el Católico con una noble vizcaína y abadesa de Nuestra Señora de Gracia el Real de Madrigal de las Altas Torres.
Décadas después, se llevaron a cabo un gran número de reformas para hacer posible que este recinto pudiera ser utilizado como convento. Así pues, se construyeron una nueva iglesia y un impresionante claustro. En este lugar se alojaron, entre los siglos XVI y XVII, un gran número de infantas. Cabe destacar que en 1703, la iglesia sufrió un grave incendio. En 1942, este lugar fue declarado Monumento Nacional mientras que en la década de los 80 se sometió a un intenso proceso de restauración.