SORIA
Es el momento más que perfecto para conocer la historia que hay detrás del Castillo de Berlanga de Duero. ¡Esto es lo que debes saber!
No es ningún secreto que en España podemos encontrar un gran número de edificaciones históricas que no dejan indiferente a nadie. Un claro ejemplo lo encontramos en el Castillo de Berlanga de Duero situado en la localidad de ese mismo nombre, en la provincia de Soria.
Este conjunto está formado por restos de una muralla del siglo XII, de una fortaleza tardomedieval del siglo XV, una fortaleza de la época renacentista y el Palacio de los Duques de Frías (siglo XVI). Las obras se iniciaron entre los años 1460 y 1480, bajo las órdenes de don Luis Tovar y doña María de Guzmán.
Su objetivo era que esta edificación sirviera tanto de fortaleza como de residencia familiar. No fue hasta el año 1512 cuando se comenzó la obra de este Castillo. Un proyecto por el que se adaptaron a la topografía del terreno, pero también a esa construcción anterior que correspondía a nada más y nada menos que un castillo medieval señorial.
En cuanto al Castillo de Berlanga de Duero, debemos tener en cuenta que en el año 1811 sufrió un incendio y una importante destrucción por culpa de las tropas de Napoleón. Actualmente, solamente se conserva la fachada principal. Sobre los años 2004 y 2005, la Junta de Castilla y León llevó a cabo un conjunto de actuaciones para su conservación, protección y consolidación.
El Castillo de Berlanga de Duero, a través de sus características
Esta edificación, del siglo XV, cuenta con una planta rectangular. En ella, destaca el cubo de planta circular en la parte sur y, en el lado opuesto, la torre del homenaje. En cuanto al interior, destacamos dos patios. El primero de ellos, que se encuentra en la entrada, es el que se utilizó como patio de armas. El segundo, se planteó como un patio palacial porticado.
A partir de estos elementos, tan solo un siglo después se construyó lo que conocemos como una fortaleza artillera. Por lo tanto, comienza a destacar por tener una planta rectangular con sorprendentes cubos en cada ángulo, perfectamente orientados a los puntos cardinales.
De hecho, los dos delanteros, cuentan con casamatas para poder instalar la artillería de esta fortaleza. Es importante destacar, a su vez, sus sorprendentes muros, de unos cinco metros de espesor. Y es que éstos fueron levantados con piedra de sillería. Es importante destacar el parapeto inclinado, por el que pretendían desviar todos y cada uno de los impactos de artillería de los enemigos.
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