CUENCA
Viajamos a la provincia de Cuenca para conocer la historia que esconde la fortaleza de Castillo de Garcimuñoz. ¡Te sorprenderá!
Ponemos rumbo a la provincia de Cuenca, para conocer uno de los lugares más sorprendentes: Castillo de Garcimuñoz. En ese mismo punto encontramos un gran número de rincones, monumentos y construcciones que no dejan indiferente a nadie. A pesar de todo, es hora de centrarnos en uno de ellos: el Castillo.
Para comenzar, debemos saber que cuenta algo muy concreto. Y es que tiene un gran número de elementos que llaman poderosamente la atención y que, evidentemente, no dejan absolutamente indiferente a nadie. Un claro ejemplo lo encontramos, precisamente, en su espectacular puerta de acceso.
De estilo gótico isabelino, este peculiar elemento tiene una orla ornamental que está perfectamente labrada en su piedra y donde encontramos el escudo de armas del Rey Enrique IV de Castilla. Solo por este elemento, ya merece muchísimo la pena visitar el Castillo de Castillo de Garcimuñoz.
Para conocer su historia, debemos tener en cuenta que el primer dueño de esta fortaleza fue, precisamente, Garcimuñoz. Él era el caballero que acompañó al Rey Alfonso VIII, en el siglo XII, en su conquista de Cuenca. En el siglo XIV, este Castillo pasó a manos del infante Don Juan Manuel, quien realizó una serie de importantes reformas.
Más tarde, durante el siglo XV, Juan Pacheco decidió habilitar un área residencial dentro de este Castillo. Eso sí, no fue hasta el siglo XVIII cuando se dio el paso de construir, también en el interior, la sorprendente iglesia de San Juan Bautista y empezó a utilizarse, nada más y nada menos que como cementerio.
Hace no mucho tiempo, esta fortaleza fue completamente rehabilitada por la arquitecta Izaskun Chinchilla. Entre otras cuestiones, hizo posible que este Castillo fuera accesible para todos aquellos visitantes que quisieran conocerlo en primera persona. Una construcción que llama poderosamente la atención por todos y cada uno de sus elementos, sobre todo ese patio de armas que no deja absolutamente indiferente a nadie, ya que tanto el color como las estructuras escultóricas inspiradas en la naturaleza generan un bosque mágico.
Una de las tantas curiosidades que tiene esta fortaleza de Castillo de Garcimuñoz es que Jorge Manrique, uno de los poetas más importantes y reconocidos del siglo XV, murió en una batalla cerca de esta construcción. De hecho, existe una cruz que conmemora ese trágico suceso. Lo cierto es que, sea como sea, esta fortaleza merece mucho la pena visitarla. ¡No tenemos ninguna duda!