ANDALUCÍA
Viajamos a Andalucía, concretamente hasta Priego de Córdoba, para conocer el origen de su impresionante fortaleza.
Es el momento más que perfecto para poner rumbo a Andalucía, concretamente hasta la provincia de Córdoba. Allí encontramos un gran número de construcciones y monumentos verdaderamente sorprendentes, a la par que espectaculares. La gran mayoría de ellos no solamente destacan por su gran valor cultural y arquitectónico, sino también por su historia.
Un claro ejemplo es el Castillo situado en Priego de Córdoba. Para conocer su origen, debemos remontarnos a la época de Al-Ándalus aunque la parte mejor conservada en la actualidad corresponde a esa reconstrucción que se llevó a cabo entre los siglos XIII y XIV. Está situado en un lugar estratégico en la Edad Media, como era la frontera entre el Reino de Castilla y el Reino nazarí de Granada.
Como ocurre en la gran mayoría de fortalezas que se erigieron en esta zona tan particular, en el siglo IX, el rebelde Omar ibn Hafsún decidió retener este Castillo en su poder contra el Emirato de Córdoba. Algo que ocurrió durante varios años hasta que, finalmente, regresó a manos cordobesas.
Sea como sea, el gran punto de inflexión de esta construcción llegó en 1226, después de que este Castillo de Priego de Córdoba fuese conquistado por el Rey Fernando III para el Reino de Castilla. Con posterioridad, concretamente en el año 1246, esta fortaleza fue entregada a la Orden de Calatrava. Fueron ellos quienes se encargaron de erigir nada más y nada menos que la Torre del Homenaje.
Casi un siglo después, en 1327, el Reino nazarí de Granada conquistó Priego de Córdoba y, por ende, su castillo. Esto hizo posible que los musulmanes optaran no solamente por reforzar sus murallas, sino también la propia fortaleza. Años más tarde, en 1341, el Rey Alfonso XI el Justiciero recuperó esta villa, de manera definitiva, para el Reino de Castilla.
No podemos dejar de mencionar que en el año 1370, Enrique II de Trastámara dio el paso de ceder el señorío de la villa a Gonzalo Fernández de Córdoba y Ruiz de Biedma, siendo el I señor de Aguilar y Priego. Por si fuera poco, en 1502 tras la conquista del Reino nazarí de Granada por parte de los Reyes Católicos, fue nombrado Pedro Fernández de Córdoba como primer Marqués de Priego que no duda un solo segundo en instalarse en este Castillo. Y es que, tras haber puesto punto y final a esa etapa en la que el peligro por ataques bélicos era constante, pasó de ser una fortaleza militar a una residencia. Aun así, cabe destacar que en 1755, este Castillo de Priego de Córdoba sufrió graves daños como consecuencia del Terremoto de Lisboa.
Varios siglos más tarde, concretamente en el año 1946, este Castillo fue adquirido a Luis Fernández de Córdoba y Salabert, XVI Marqués de Priego y XVII Duque de Medinaceli, por Víctor Rubio Chávarri para utilizarlo como granero.
De hecho, el Servicio Nacional del Trigo lo alquiló a la familia Rubio durante varias décadas, con el objetivo de ser utilizado como silo. Todo ello hasta que, en 1971, esta fortaleza fue recuperada por la familia. Eso sí, en agosto de 1996, se tomó la firme decisión de donarlo al Ayuntamiento de Priego de Córdoba. Por lo tanto, si estás pensando en poner rumbo a esta zona, no dejes pasar la oportunidad de conocer este castillo. Estamos convencidos de que no te va a dejar indiferente, ni mucho menos.