LA RIOJA

Concatedral de Santa María de la Redonda de Logroño: ¿sabías que tiene sus propias" torres gemelas"?

Viajamos a Logroño para conocer la historia que esconde la Concatedral de Santa María de la Redonda de Logroño. ¡No te dejará indiferente!

Concatedral de Santa María de la Redonda de Logroño: ¿sabías que tiene sus propias" torres gemelas"?Imagen de Zarateman en Wikipedia, licencia de dominio público

Es el momento más que perfecto para poner rumbo a Logroño y descubrir la historia que hay detrás de uno de los monumentos más visitados año tras año. Estamos hablando, cómo no, de la Concatedral de Santa María de la Redonda.

Está situada en pleno centro de la parte más antigua de la capital de La Rioja. Se erigió sobre los restos de una iglesia románica que, en 1435, pasó a considerarse Colegiata tras unirse a San Martín de Albelda. En cuanto a la iglesia, debemos saber que se erigió a principios del siglo XVI, aunque en los siglos XVII y XVIII experimentó un gran número de reformas.

Uno de los elementos más espectaculares que podemos encontrar en el interior del templo es su retablo mayor. Cuenta con nada más y nada menos que una gran calle central con un relieve en el que queda reflejada la Genealogía de Cristo. En los laterales, encontramos las imágenes de San Pablo y San Pedro, mientras que en el ático se aprecia un Cristo crucificado.

Otro elemento a destacar es la capilla que encontramos nada más entrar a este templo: la de Nuestra Señora de la Paz. Allí encontramos a la Virgen que le da nombre, pero también un relieve de la Resurrección que decora, a la perfección, el sepulcro de don Diego Ponce de León.

Concatedral de Santa María de la Redonda de Logroño | Imagen de Juanje 2712 en Wikipedia, licencia: CC BY-SA 4.0

Entre las tantas capillas que encontramos en este lugar, hay otra que también llama la atención: la de San Pedro. Allí encontramos muchos relicarios, situados bajo el retablo de la Milagrosa. Entre ellos está el relicario de San Prudencio, así como las arquetas de San Félix del Monte y San Funes.

Una curiosidad es que, justo detrás del altar mayor, se abre nada más y nada menos que una girola, que consta de tres capillas comunicadas entre sí. En la norte, está el sepulcro del General Espartero y su mujer Doña Jacinta Martínez de Sicilia. En la central, está la imagen de la Asunción con una pila bautismal que data del año 1587. En cuanto a la capilla sur, alberga el sepulcro del obispo Pedro González del Castillo.

Si nos centramos en el retablo principal, elaborado sobre el año 1762, destaca la imagen de Nuestra Señora de los Ángeles. Pero tampoco podemos dejar de hacer mención al Cristo yacente articulado, situado en una urna de bronce y plata. Ésta fue donada en 1694 por Gabriel de Unsain.

En cuanto a la portada principal de este templo, llaman poderosamente la atención lo que popularmente se conoce como “torres gemelas”, que fueron construidas entre 1742 y 1762. La de la cara norte es la que se erigió en honor a San Pedro y la otra, algo mayor que la primera, es en honor a San Pablo. Estas torres suponen un clarísimo ejemplo de lo que se denomina “campanarios barrocos riojanos”. El templo como tal fue declarado Monumento Nacional en 1931, mientras que el Papa Pablo VI, en 1959, elevó su rango a Concatedral.