MADRID
Es el momento de conocer no solamente cuál es el puente más antiguo de Madrid sino, además, descubrir su enigmática historia.
Madrid es una de las ciudades que más visitantes recibe, año tras año. Muchas son las edificaciones, historias, monumentos y rincones que consiguen captar la atención de los turistas. De ahí que, quien decida visitar la capital de España ¡siempre tiende a repetir lo antes posible!
Una de las cuestiones que más llama la atención es la cantidad de puentes que hay en Madrid. De hecho, hay más de 30 que cruzan el río Manzanares. Es el momento de descubrir cuál es el más antiguo y, sobre todo, la peculiar historia que hay detrás de esta construcción. El puente más longevo que podemos encontrar en la capital española es el Puente de Segovia. Su origen nos hace viajar a finales del XVI, en la época en la que las Cortes se instalaron en esta ciudad. Fue entonces cuando el monarca, Felipe II, ordenó que se construyera este Puente para facilitar el acceso a la ciudad desde el camino de Segovia.
Su objetivo era sustituir aquellos que se habían construido a lo largo del siglo XIV, que destacaban por tener poca consistencia. La obra del Puente de Segovia comenzó en el año 1574, dirigida por Gaspar de Vega. A su muerte, en 1577, pasó a manos de Juan de Herrera, quien se encargó de la construcción del imponente Monasterio de El Escorial.
Conforme pasaban los años, y los siglos, se realizaron un gran número de intervenciones. Una de las cuestiones más significativas nos traslada a la Guerra Civil, cuando el bando republicano hizo volar este puente por los aires para evitar que el bando contrario entrara en la ciudad.
Por lo tanto, con posterioridad, se reconstruyó aunque realizando diversas modificaciones respecto a ese diseño original. Vicente Olmos, quien se encargó de este proyecto, realizó diversos cambios. Entre ellos, el hecho de ampliar el tablero de poco más de 8 metros a un total de 31 metros de ancho. Esto provocó que el puente terminara dividiéndose en dos.
El Puente de Segovia, a través de sus curiosidades
Se trata de un puente que, en 1996, fue declarado como Bien de Interés Cultural. En cuanto a dimensiones, mide poco más de 170 metros de largo y cuenta con hasta nueve arcos de medio punto. El que está en el centro es el que mayor tamaño tiene, por lo que los que están a los lados van disminuyendo de tamaño de manera progresiva.
Entre esos arcos encontramos lo que se conoce como “tajamares” pero ¿cuál es su función? Repartir las aguas hacia los lados, lo que hace que no se produzca la erosión de sus pilares. Como dato curioso, en el siglo XVIII ocurrió una auténtica desgracia: una de las bolas que adornaba el puente cayó al vacío y provocó la muerte de una persona.
...
También te puede interesar...
Pantanos y lagos cerca de Madrid que no son el de San Juan