Gastronomía
Durante el mes de marzo este manjar anda en pleno apogeo. El melanosporum está considerado como uno de los grandes placeres culinario. ¿Quieren saber en qué cuatro restaurantes la cocinan con arte?
Atrio
Toño Pérez y José Polo tenían un sueño: “Siempre hemos querido tener un espacio donde recibir, mimar y hacer vivir una experiencia única a nuestros clientes. Para nosotros un hotel debe ser tu casa en vacaciones, donde te sientas cómodo, especial y feliz”. En el año 2011 lo consiguieron: un Relais & Château emplazado en el casco histórico de Cáceres con un restaurante gastronómico del que cuelgan dos estrellas Michelin. A Toño Pérez le gusta jugar con los productos de su tierra, la extremeña y, entre ellos, no podía faltar ahora la trufa negra que, entre otras elaboraciones, decora una especie de ‘bocadillo’. Si tienen más hambre: criadillas de tierra con pasta, hongos y jugo oloroso.
Don Lisander
Es un viejo conocido de Madrid, pero hace un año abrió las puertas de su nuevo local en la calle Infanta Mercedes, 92, un lugar amplio, moderno y diáfano que puede acoger entre 45 y 60 comensales y que dispone de una barra con mesas altas y una terraza abierta todo el año. El propietario y chef, Gonzalo Vernacci aprovechó la apertura para reforzar el apartado de las pastas, como Spaghetti Vongole, Tagliatelle Pradera (con trufa negra, foie y aceite de trufa), Gnocchi freschi (con tomate cherry, jamón de parma, rúcula y parmesano o los Ravioli de trufa con salsa de foie. El chef utiliza productos frescos y de primera calidad que importa directamente de Italia, como la burrata… o la trufa (se recibe del campo en menos de 24 horas).
Fornería Ballaró
Ángelo Marino capitanea los fogones de este restaurante situado en Madrid de alma transalpina pero que fusiona los sabores de varias culturas. Por supuesto, no falta un horno de leña, en el que se elaboran muchos platos. Los antipasti reflejan esa riqueza procedente de varias latitudes culinarias: kebap de porchetta, lechón de Segovia, rúcula y mayonesa; croquetas de patata y sobrasada de Cerdeña; o la ensalada de garbanzos y pulpo al carbón. Los arancini o bolas de arroz, uno de los platos más emblemáticos de la cocina siciliana se presentan rellenos de ragú, guistantes y mozarella o de curry verde de pollo y berenjena. ¿Otra delicia? Su pizza de trufa negra.
Torre del Remei
Un palacete de estilo modernista, enclavado junto al Parque Natural del Cadí, en el Pirineo Catalán, alberga La Torre del Remei, un gran lujo con todos los servicios que uno se pueda imaginar. Pero vayamos a su gastronomía, basada en la materia prima que nace en su huerto de cultivo biológico y, a los mandos, el chef Josep María Boix, que ha situado su recetario en la primera línea de la restauración europea. ¿Ejemplos? Coca escalibada, ensalada de tomate con espuma de ceps y tres elaboraciones a base de trufa negra: Trinxat amb trufa; Esturión con cremas verdes y trufa; y Tripa de bacalao con trufa.
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