MÁLAGA
Ponemos rumbo a la provincia de Málaga para conocer la sorprendente historia que esconde el Castillo de Álora.
Viajamos a la provincia de Málaga, concretamente a la localidad de Álora. Allí podemos toparnos con un gran número de construcciones, monumentos y rincones que no dejan absolutamente indiferente a nadie. Un claro ejemplo lo encontramos, precisamente, en el conocido como Castillo de Álora, ubicado en el llamado Cerro de Las Torres.
Entre los numerosos datos a tener en cuenta, debemos saber que los árabes lo erigieron durante la Edad Media, aunque tiene orígenes tanto fenicios como romanos. Y es que estos últimos fortificaron las ruinas que se encontraron. Posteriormente, durante una incursión, los vándalos lo arrasaron.
Los árabes optaron por restaurar esta construcción con el objetivo de convertirla en alcazaba. Sobre esa antigua mezquita que se encontraba en este lugar se erigió la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Encarnación, entre los años 1600 y 1699.
El Castillo de Álora se vio gravemente afectado por el terremoto de 1680 por lo que, desde ese instante, pasó a ser utilizado como cementerio. Del castillo únicamente quedan en pie dos torres y un arco de herradura y en 1931 fue declarado Monumento Histórico Nacional.
No podemos dejar de mencionar que, en la torre de la Iglesia, todavía se aprecian varios impactos de bala que la caballería francesa realizó en agosto de 1823. Con estas balas, lograron derribar nada más y nada menos que la placa conmemorativa de la Constitución de Cádiz. ¡Muy curioso!
En esta fortaleza se encuentra, como suele ser habitual, la Torre del Homenaje. Tenemos que destacar que no solamente es la más elevada de todo el recinto, sino que también es la única que se reconstruyó. Diego Gómez de Ribera, Adelantado de Andalucía, llegó hasta este lugar en 1434 junto a sus tropas. Éstas se vieron obligadas a rendirse tras la muerte del Adelantado frente a las murallas.
Una escena verdaderamente reconocible, a la par que icónica, que dio lugar a ese romance que lleva el nombre de la localidad y que ha dado la vuelta al mundo. Tanto es así que, para recordarlo y tenerlo siempre muy presente, este dato está reflejado en la entrada del propio Castillo de Álora.
Y todo por su peculiar historia, situada en esa original mezquita. Tras la Conquista en época cristiana, el templo se convirtió en Iglesia, bajo la advocación de Nuestra Señora de la Encarnación. La primitiva parroquia se erigió tras la conquista, cuyas obras finalizaron en 1492.
Desde 1641, Nuestro Padre Jesús Nazareno de las Torres ha presidido el altar, pero la Imagen desapareció durante la Guerra Civil. Durante aproximadamente 9 años, la Capilla se mantuvo sin culto. No fue hasta 1945 cuando la Cofradía ordenó la realización de una nueva imagen del Nazareno que, desde 1953, está acompañado por nada más y nada menos que la Virgen de las Ánimas.