JAÉN
Viajamos a Jaén, concretamente hasta Baños de la Encina, para conocer la historia que esconde la ermita del Cristo del Llano.
Es el momento más que perfecto para poner rumbo a Andalucía, concretamente hasta la espectacular provincia de Jaén. Allí nos topamos con un sinfín de construcciones y monumentos verdaderamente impresionantes, como es el caso de la Ermita del Cristo del Llano situada en Baños de la Encina. ¡Es sencillamente espectacular!
Se trata de una de las construcciones religiosas más bonitas en cuanto al barroco andaluz se refiere. Está ubicada en una zona elevada, a las afueras de la población, y perfectamente rodeada por una lonja con empedrado antiguo. Junto al Castillo y la Iglesia de San Mateo, estamos ante una de las edificaciones más sorprendentes que podemos encontrar en Baños de la Encina.
Para comenzar, debemos saber que estamos ante una construcción de una sola nave y campanario en espadaña del siglo XVII. Eso sí, lo que más llama la atención de este templo es el resultado de unas reformas que se llevaron a cabo en el siglo XVIII, cuando se incorporó la decoración de sus bóvedas, pero también la ampliación de la zona de la cabecera. De hecho, se construyó un cuerpo que alberga el camarín de la imagen titular de la ermita.
En cuanto a la edificación barroca, se erigió a instancias de don Pedro García Delgado, canónigo natural de Baños de la Encina. Es importante destacar que la sencillez del exterior de la Ermita del Cristo del Llano nada tiene que ver con el interior, donde llama la atención la cantidad de luz que entra, generando una sensación verdaderamente indescriptible. Una vez dentro, nos topamos con una gran cantidad de elementos geométricos en sus paredes, así como frescos del Nuevo Testamento, la bóveda con elementos de la Pasión o la Vida de la Virgen María.
De estilo barroco rococó y con cierta influencia cordobesa, data del siglo XVIII. Entre sus numerosas características, destaca por su elegancia y opulencia, pero también por la utilización de colores vivos que contrastan con esa oscuridad y pesimismo que definen al barroco más puro. Para poder acceder al Camarín, debes subir por una escalera de unos 20 peldaños, donde entrarás a una antesala con toques barrocos y una cúpula mocárabe.
La autoría de esta obra se atribuye a un alumno de la escuela barroca de Lucena que estuvo trabajando en este municipio de Jaén. No podemos dejar de mencionar que se utilizaron varias técnicas, como son el estípite y el estuco, que también se usaron en el Sagrario de la Catedral de Granada.
El Camarín, que está cubierto por una bóveda gallonada y una exuberante decoración, es un claro ejemplo del llamado “horror vacui” o “miedo al vacío”. Es decir, está repleto de un sinfín de elementos decorativos y no hay ni un solo espacio vacío. Además, está compuesto de más de 2.000 imágenes con motivos florales, vegetales y frutales.
Sobre un pedestal de jaspe, en el centro del Camarín, se encuentra la imagen del Cristo del Llano. El conjunto del Camarín, la Ermita y la Imagen del Cristo fueron declaradas Bien de Interés Cultural (BIC) el 31 de marzo de 2009, en la categoría de Monumento. ¡Una visita más que obligada si estás pensando en visitar esta zona de la provincia de Jaén! Estamos convencidos de que no te dejará indiferente.