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Con historia

Un día en Toledo

A pocos kilómetros de Madrid se encuentra Toledo, ciudad que mantiene sus vestigios medievales y de épocas pasadas. Aún perdura la huella que dejaron en dicha ciudad árabes, judíos y cristianos.

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Una escapada a la capital manchega es el plan perfecto para hacer en grupo con amigos, con la familia o en pareja. Pasear por sus calles empedradas, respirar su historia y alimentarse con su deliciosa gastronomía.

Toledo tiene varias puertas para acceder a la ciudad, una de ellas es Puerta Bisagra, es una doble puerta construida bajo órdenes de Carlos I que mandó poner su escudo con el águila bicéfala (de dos cabezas) dos veces, en la primera y en la segunda puerta. Y entre ambos portones hay una escultura del propio emperador.

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En el casco histórico nos topamos con la Iglesia de San Ildefonso o de los Jesuítas, pues pertenece a dicha orden. Es una iglesia con las paredes blancas y en la que entra mucha luz desde el exterior. La subida a sus torres y la cúpula proporciona al visitante una vista espectacular de Toledo y se aprecia con facilidad el Alcázar y la Catedral. Caminando por las estrechas calles los más curiosos podrán dar con la estatua de Garcilaso que se sitúa en el mismo lugar en el que alguna vez estuvo su casa.

Con el medio día llega uno de los momento más populares entre los castellanos, el aperitivo., y para ello la ración de carcamusas de Ludeña es un manjar. Este plato hecho a base de ternera y salsa de tomate es un reclamo en esta tasca, y acompañado de una refrescante caña da fuerzas para seguir descubriendo las calles toledanas.

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Si los amantes de la cerveza quieren probar la típica de la ciudad pueden acudir a bares como Trébol, donde sirven el tercio de Domus bien fresquito, y por supuesto acompañado de una rica tapita.

Tras el descanso de medio día continuamos por la judería, donde predominan las callejuelas estrechas. Si nos fijamos en el suelo podremos encontrar azulejos entre las piedras con motivos judíos. La Sinagoga del tránsito es imprescindible para entender gran parte de la tradición judeocristiana en Toledo. La Sinagoga del Tránsito era la más importante de la ciudad y la que se iba en momentos especiales, a unos cuantos metros se encuentra la sinagoga del barrio, la cual era frecuentada por los fieles de las proximidades con más asiduidad. Cerca de la Sinagoga del Tránsito se encuentra el museo del Greco.

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Una buena forma de despedirse de la ciudad es desde el Puente de San Martín, desde el cual se ve el Tajo y une las dos orillas del río. El puente fue construido en el siglo XIII y ofrece unas magníficas vistas de la ciudad de Toledo.

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