España
25 de julio y viernes llama, sin duda, a pasar un par de días en Santiago de Compostela aunque estemos en verano y la Catedral deslumbre en su plaza en una zona de interior. Santiago es una ciudad histórica como atestigua su bellísmo casco antiguo en el que perderse entre calles estrechas y envueltas en piedra es todo un placer; la Catedral, en su fachada principal, creada para proteger el Pórtico de la Gloria, frente a la Plaza del Obradoiro y con el Hostal de los Reyes Católicos -hoy un soberbio Parador- como testigo mudo, es el final del camino para quienes llegan a la capital de Galicia andando buscando un milagro o un sueño o cabe que tan solo, que no es poco, viviendo una experiencia única. Pero Santiago es mucho más que su Catedral, hay más para ver y vivir, más que saborear en su rica gastronomía y más que sentir porque hablamos de una ciudad viva y Patrimonio de la Humanidad en la que incluso la lluvia es arte... Por eso es una ciudad que merece una ruta. Os proponemos una ruta de dos días que os permitirá descubrir la esencia de este rincón al que se llega, más que nada, por amor a Dios o al arte y que no deja indiferente a ninguno de los viajeros que lo descubren. La buena noticia, aunque desluzca las fotos, es que la joya de la ciudad, su Catedral, se encuentra ahora recibiendo el mimo y el cuidado que merece su fachada pero los andamios se recubren con una lona inmensa que muestra una imagen de lo que oculta tras ella y, como Santiago es más que el último hogar del Apostol y nada nos gusta más que saber que esa joya se protege y cuida como merece, hacemos un guiño a las obras y nos lanzamos a las calles de Santiago de Compostela, capital de Galicia, fin del Camino y ciudad universitaria.