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UNA ESCAPADA PARA AMANTES DE LA HISTORIA

El sorprendente legado británico en Menorca

na ruta turística que recorre los lugares más simbólicos de la historia de la isla de Menorca.
Ruta Británica | Turismo de Menorca
Son Granot | Turismo de Menorca
Boinder | Turismo de Menorca
Fuerte de Marlborough | Turismo de Menorca
Lloc de San Antoni | Turismo de Menorca
Iglesia de la concepción | Turismo de Menorca
Obelisco Kane | Turismo de Menorca
Torre de La Mola | Turismo de Menorca
Lazareto | Lazareto de Mahón
Torre de la Princesa | Wikipedia

Batallas y contiendas, avatares, invasiones, piratas. La isla de Menorca ha sido desde siempre un territorio codiciado e importante que esconde siglos de historia. Un destino que curiosamente se ha visto marcado por una cultura, la británica, que ha dejado una huella imborrable. Palabras de origen inglés incorporadas a la lengua local, estilos arquitectónicos todavía presentes, gastronomía, danzas y juegos infantiles, entre otros muchos aspectos. Pero no solo. También fortificaciones construidas por los británicos para proteger la isla de los constantes ataques piratas que asolaban el Mediterráneo durante la Época Moderna.

Ya sea andando, corriendo, en bicicleta o a caballo, se puede descubrir la historia del legado británico menorquín a través de la “Ruta Británica y Fortificada de Menorca”: Un itinerario de lugares simbólicos que aún hoy se conservan en buen estado.

Durante el siglo XVIII, Menorca se incorporó a la Corona inglesa y, desde entonces, la influencia británica esta presente en muchos aspectos culturales, así como en algunos enclaves, estilos arquitectónicos, gastronomía o palabras, que han pasado a formar parte de la lengua menorquina.

Torre de La Mola | Turismo de Menorca

Todavía hay en la isla algunas casas con miradores, balcones acristalados llamados boinders, o, por ejemplo, las ventanas con cierre de guillotina. Y también productos como la ginebra, fabricada por los artesanos de Mahón, o platos típicos menorquines como la “greixera dolça” una especie de pudin, el “brou de xenc” un caldo de carne o los “piquéis” que son los pepinillos y alcaparras en adobo, derivados de platos de la cocina inglesa.

Entre los espacios que conservan toda la tradición y estilo británico podemos explorar:

Fuerte Marlborough: Construido por los británicos entre 1720 y 1726 y que debe su nombre al duque de Marlborough, John Churchill, el general británico más destacado de la época. Su función fue la de proteger el puerto de Mahón y, aunque derruido en parte por los españoles, se volvió a reconstruir años después.

Isla del Rey: También conocida como The Bloody Island, es un pequeño islote ubicado entre Mahón y Es Castell que construyeron los británicos y fue un hospital militar durante el siglo XVIII. Y se dice que allí llegó por primera vez Alfonso II en 1287, de ahí el nombre de la isla.

Camino d’en Kane: Richard Kane fue un militar irlandés que gobernó en Menorca entre 1712 y 1717. Su principal contribución fue construir una red de caminos que facilitase la comunicación militar y agrícola entre Ciutadella y el Castillo de San Felipe. El camino que todavía hoy lleva su nombre se extiende desde Mahón hasta Mercadal.

La Sede del Gobierno Militar fue durante años la casa del Rey, pero los británicos la convirtieron en el Palacio del Gobernador. Su interior todavía conserva un porche en la planta baja y una galería corrida en el primer piso que da acceso a todas las estancias. Actualmente se utiliza como sede del Gobierno Militar en Menorca. Una isla muy bien protegida durante los siglos de conflicto

Menorca se convirtió, por su situación geográfica, en uno de los lugares más deseados por los piratas. Algo que obligó a la población a construir torres para protegerse de las continuas amenazas. También en el siglo XVI, la isla se vio envuelta en un conflicto entre el Imperio español y el otomano que dio lugar a la construcción de atalayas y torres de aviso marítimo. Y en la época del dominio británico, con la incorporación de Menorca a la corona inglesa, se construyeron importantes fortificaciones de protección.

La mayoría de dichas construcciones se conservan en buen estado y hoy se pueden visitar. Podemos empezar por las Murallas – Bastión del Gobernador: en Ciudadela del que actualmente se conservan dos baluartes: El de Sa Font y del Gobernador.

Seguir por Torre d’en Quart: una construcción poco común en la isla, ya que no se ubica en la costa, y que fue el dispositivo de defensa en las zonas más vulnerables a los ataques piratas.

Torre de la Princesa | Wikipedia

Torre de la Princesa: en el acantilado de La Mola, construida para evitar desembarcos enemigos en Es Freus. Allí se almacenaban la pólvora y los víveres en la planta baja, se guardaba la guarnición en la planta media, y se disparaba el cañón desde la terraza. Hoy y después de la voladura sufrida por un rayo, se ha reconvertido en un museo.

Lazareto: Construido en el siglo XVIII como espacio sanitario a raíz de una epidemia de peste bubónica procedente de Oriente y del norte de África. Era el lugar al que se llevaba a los pacientes en cuarentena. En la actualidad, es un Bien de Interés Cultural y se puede visitar en los meses de verano.

Estamos en invierno, pero una escapada a Menorca es imprescindibles también en esta época. No hay nada como descubrir la historia de la isla mientras disfrutamos del buen tiempo y de la belleza de sus calas a orillas del Mediterráneo. Más información:Ruta Británica

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