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¿Te imaginas gozar a un tiempo y casi a la vez del senderismo y el enoturismo? En la Rioja Alavesa podrás hacerlo.
Inmensos viñedos, pueblos medievales, ríos y montañas crean un paisaje de escándalo, el de Rioja Alavesa, que es además atravesado por cientos de senderos que nos permiten zambullirnos en él, alejarnos del mundanal ruido y vivir la naturaleza de un modo único; sobre esos senderos se trazan rutas de diferentes niveles para que nadie, ni tan siquiera aquellos cuyo estado de forma no les permite grandes alardes, se quede sin su paseo por Rioja Alavesa. ¿Cuáles son las rutas y sendas más recomendables? Hay varias...
Es un recorrido de casi 30 kilómetros que pasa por los pueblos de Elvillas/Bilar, Kripan, Lanciego(Lantziego y Veñaspre/Binasperi; los senderos de esta ruta te permitirán no sólo gozar de un paisaje espectacular sino también descubrir dólmenes, chozas, puentes, fuentes, molinos, regaderas, corrales, lavaderos... Lo cierto es que estos casi 30 kilómetros entre bosques, viñedos y olivares nos ofrecen la oportunidad de disfrutar de un largo paseo inolvidable.
Esta ruta es mucho más corta que la Ruta Verde Cultural, no llega a los 9 kilómetros; se trata de un recorrido circular muy asequible que nos llevará hasta el centro de uno de los pueblos más populares de Rioja Alavesa, Labastida/Bastida; caminaremos también hacia la ribera del Ebro para gozar del paisaje que nos regala el meandro de Gimileo; es una ruta sencilla de la que se puede disfrutar cualquier mañana de verano para ponerle después un broche de oro estupendo con un almuerzo basado en los productos locales... y un vino de alguna de las bodegas de Rioja Alavesa, claro.
Esta ruta, la de la Senda Verde de Bencijana, es todavía más corta que la Ruta del Ebro, no llega a los 4 kilómetros; de hecho esta ruta está pensada para ser recorrida en familia, incluso con niños porque se puede completar su recorrido en apenas una hora; la Senda Verde de Bencijana empieza en Yécora/Iekora, junto a la Fuente Vieja, y transita por una pista en la que gozar de los lirios azules y los geranios de roca; también nos lleva a la Ermita de Nuestra Señora de Bencijana, un edificio religioso que data de los siglos XIII y XIV, y al mirador del León Dormido, desde donde disfrutar de espectaculares vistas panorámicas del monte y los campos de labranza.