ANDALUCÍA

Esta es la sorprendente leyenda del Soldado Encantado de Granada

Viajamos hasta Granada para conocer la sorprendente leyenda del Soldado Encantado y por qué sigue presente en la actualidad.

GranadaImagen de Jebulon en Wikipedia, licencia de dominio público

Es el momento más que perfecto para poner rumbo a la ciudad andaluza de Granada, y todo con el objetivo de conocer una de las leyendas más espectaculares, arraigadas y sorprendentes que encontramos en este lugar. Algo que, todavía, sigue presente en la vida de muchísimos granadinos y que sorprende a cada vez más turistas que deciden adentrarse en la historia y curiosidades de la ciudad.

La leyenda asegura que un estudiante, que pertenecía a la Universidad de Salamanca, pasaba los veranos recorriendo varias y diversas ciudades. El objetivo era hacerse con monedas para poder continuar sufragando sus estudios. En uno de esos tantos viajes, el estudiante llegó hasta la ciudad de Granada.

Al parecer, según esta curiosa leyenda, el joven estaba dando un paseo cuando, de un instante a otro, se encontró con un soldado, equipado no solamente con una imponente armadura, sino también con una lanza. Curioso, el estudiante preguntó al soldado quién era, y recibió una respuesta que no esperaba.

Le hizo saber que llevaba unos 500 años vagando, como consecuencia de una maldición. El soldado debía proteger y custodiar el tesoro de Boabdil para toda la eternidad. Es más, solamente podía salir, una vez cada cien años, de la estancia en la que se encontraba el tesoro.

Granada | Pixabay

De esta forma, el soldado aprovechó la ocasión para hacer una petición muy concreta al estudiante. ¿En qué consistía? En que rompiera el hechizo. Para ello, necesitaría a una joven cristiana y a un sacerdote en ayunas. La primera no fue difícil de encontrar, pero el clérigo sí que le costó mucho más trabajo.

A pesar de las complicaciones, el estudiante cumplió con las dos peticiones. Los tres, en una noche cualquiera, se dirigieron al escondite en el que se encontraba el soldado para llevar a cabo el ritual. A pesar de los esfuerzos, durante ese conjuro el sacerdote fue incapaz de cumplir su promesa. Y todo porque se llevó a la boca un rico manjar y de repente, el estudiante, el cura y la joven se encontraron fuera del lugar.

Aunque el joven estudiante de la Universidad de Salamanca lo intentó, el hechizo no pudo romperse. Por lo tanto, el soldado todavía seguiría preso de esa terrible maldición. Muchas son las personas que aseguran que este fantasma continúa vagando por la estancia del tesoro de Boabdil, cumpliendo con su cometido: su custodia. ¡Una leyenda de lo más sorprendente, a la par que curiosa!