PUESTA DE SOL
En Mallorca, como en cualquier isla, hay lugares en los que se pueden presenciar atardeceres de escándalo. Sin duda alguna, el faro de Formentor es uno de ellos.
Mallorca es la isla más grande del archipiélago Balear y en ella, los viajeros pueden hacer multitud de cosas distintas. Degustar su rica gastronomía, darse baños en calas de aguas calmadas y transparentes, pasear por pueblos empedrados, deleitarse con unas vistas de escándalo en algún mirador y, claro está, disfrutar de grandes puestas de sol. Por ejemplo, la que regala su famoso faro de Formentor.
El faro de Formentor de Mallorca está situado a 188 metros sobre el nivel del mar, en el cabo de Formentor, y se debe apuntar que fue el faro más difícil de construir de todo el archipiélago. Esto es así dada su ubicación, pues no solamente está en una zona elevada, sino que se trataba de un espacio vírgen e incomunicado. Así, aunque las obras de construcción comenzaron en 1857, el faro no pudo inaugurarse hasta seis años más tarde, en 1863.
Ahora, claro está, existe una carretera serpenteante que cruza acantilados y bosques antes de llegar hasta él. Pero cabe señalar que el punto del mapa en el que se encuentra el faro de Formentor no puede visitarse libremente durante todo el año. En verano, y dada la afluencia de personas, se establecen ciertas restricciones de paso y las personas que quieren visitarlo deben hacerlo cogiendo un autobús en la playa de Formentor.
Pero tanto si se llega en autobús como si se hace en coche, el resultado es el mismo: unas vistas privilegiadas del Mediterráneo y, si las condiciones climáticas lo permiten, uno de los mejores atardeceres de todo el país.
El faro en sí es una torre que se alza 22 metros hacia el cielo. Es blanco, y se deja ver ya desde lejos mientras se recorre la carretera que llega hasta él. La construcción en sí misma es bonita, pero el entorno paisajístico en el que se sitúa es espectacular. Por eso es, desde siempre, uno de los espacios naturales más emblemáticos de Mallorca.
Como bien decíamos diciendo, visitarlo es un plan perfecto en cualquier momento del día. Las vistas desde los alrededores del faro de Formentor son bellas sin importar la hora ni la época del año. Pero lo cierto es que cuando el sol se pone y el cielo se tiñe de naranja, la estampa que aparece ante los ojos es inigualable.
Además, es importante saber que el faro de Formentor se controla mediante tecnología. De este modo, lo que años atrás eran las casas de los fareros hoy en día son lugares en los que llenar el estómago. ¿Y qué hay mejor que comer platos sabrosos mientras se disfruta de un espectáculo de la naturaleza?