ANDALUCÍA
Ponemos rumbo a la ciudad andaluza de Córdoba para conocer algunos detalles de su Feria. ¡No dejes pasar la oportunidad de conocerla!
Córdoba es una de las ciudades con más encanto de Andalucía. Y siendo honestos, no es para menos. Siempre es un destino ideal, en cualquier época del año. Pero especialmente es bonita en primavera, cuando sus patios lucen aún más bellos que nunca y se celebra, a su vez, la Feria.
Para conocer su origen, debemos saber que esta Feria de Nuestra Señora de la Salud era una de las dos ferias ganaderas que se establecieron en Córdoba en 1284. Y todo tras el privilegio que el Rey Sancho IV concedió al Concejo de esta ciudad. Esto ocurrió tan solo unos años después de que se hiciera efectiva la Reconquista de la ciudad andaluza.
Tan solo un par de siglos después, concretamente en 1482, los Reyes Católicos fueron protagonistas al fijar la primera de las ferias en el mes de mayo. Esto nos da una idea clara de la antigüedad de la misma. Por aquel entonces, Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón no habían logrado hacerse aún con el poder de Granada.
La más importante es que es una de las más antiguas de España, seguida por Mairena del Alcor (1441) y la del Caballo de Jerez (1481). Y todo porque, en su origen, tenía un carácter ganadero. Algo que se mantuvo, incluso, hasta el siglo XX. Por la mañana se hacían acuerdos y por las tardes y noches se disfrutaban de fiestas en las casetas.
En un primer momento, los días no eran fijos. Lo único que se mantenía era el mes de celebración. Siempre había una variación pero, desde 1890, se optó por fijar esta Feria en la última semana de mayo. Uno de los datos más curiosos es que esta celebración jamás se ha interrumpido. Es más, incluso durante la Guerra Civil española, aunque se suprimió la parte festiva, sí que se mantuvo la ganadera.
El nombre de esta Feria, la de Nuestra Señora de la Salud, se debió a un hecho que tuvo lugar en el 1665. Por aquel entonces, unos labradores encontraron la Imagen de La Virgen en el interior de un pozo. Se decía que esas aguas eran tan milagrosas que llegaban a sanar a los enfermos. De ahí esta advocación mariana.
A lo largo de los siglos, el lugar en el que se ubica la Feria ha ido cambiando. Es más, en su origen se situó en una zona cercana a la Puerta de Sevilla, donde los labradores encontraron la Imagen de la Virgen. Más tarde, desde principios del siglo XIX y hasta 1994, la Feria se trasladó a los Jardines del Duque de Rivas. Tras el incremento de casetas e infraestructuras, en 1994 se trasladó a la zona del Arenal donde se encuentra en la actualidad.
Pero si hay algo que caracteriza a la Feria de Córdoba es vivirla desde dentro, en sus casetas, con sus gentes y su ambiente. Es una oportunidad más que perfecta para dejarte llevar por su esencia y sentirte un cordobés más en una de sus fechas más señaladas. Si estás pensando en viajar hasta esta ciudad para disfrutar de esta Feria, ¡no dudes en hacerlo! Prometemos que merecerá muchísimo la pena.