SALAMANCA
Una de las grandes joyas que podemos encontrar en Cepeda es, sin lugar a dudas, la Fuente del Castañar. Esto es todo lo que debes saber.
Cepeda, con el paso del tiempo, se ha convertido en uno de los municipios de la Sierra de Francia de Salamanca que más nos está sorprendiendo. Muchos supimos desde el primer momento que estábamos ante uno de los secretos más bonitos que podíamos encontrar en esa zona, y a la vista está que el tiempo nos está dando la razón.
Tanto es así que, recientemente, Cepeda ha pasado a formar parte de la prestigiosa red de Pueblos Mágicos de España. De esta manera, es el primer municipio salmantino en obtener esta distinción. Para descubrir por qué este pueblo es mágico solamente tienes que pasear por sus empedradas calles y descubrir, por ti mismo, algunas de sus tantas joyas. Un claro ejemplo lo encontramos en la Fuente del Castañar.
Si realizas la Senda de los Mil Colores o el Sendero Micológico desde Cepeda, en la zona baja del pueblo conocida como “El Turrutero”, te encontrarás con esta fuente de la que no se sabe su origen. De forma abovedada, debemos tener en cuenta que en las Ordenanzas Municipales del año 1544 ya se mencionaba este lugar.
Esta Fuente del Castañar puede que sea, sin lugar a dudas, la más antigua de Cepeda. Una de las cuestiones que más llama la atención no solamente es esa bóveda de cañón y arco de medio punto, sino que cuenta con escalones en su interior. El material que se utilizó para su construcción es el granito con sillería de un tamaño considerable.
Por si fuera poco, cabe destacar que su planta es rectangular. Lo sorprendente de esta Fuente del Castañar es que se llena de agua del agua que, por su propio peso, viene del monte que está situado a sus espaldas. Eso sí, más curioso aún es que no haya ningún tipo de noticia sobre una canalización o manantial que la alimente.
Otra cuestión a tener en cuenta es que cerca de esta Fuente del Castañar podemos encontrar la conocida como Poza del Turrutero. En este lugar se lavaba la ropa antes de que, en el año 1971, llegara el agua corriente a Cepeda. Las mujeres, con sus propias manos frotaban la ropa y la restregaban en esas robustas piedras, ya fuera en invierno o en verano.
Una vez esa ropa estuviera limpia, se ponía a “orear” sobre los arbustos que había cerca. Este trabajo lo hacían poniendo sus rodillas en “la banca”. Este utensilio de madera tenía como objetivo proteger las rodillas de las piedras. Lo cierto es que esta Poza del Turrutero, aparte de servir para lavar la ropa, era un punto de reunión donde las mujeres comentaban lo que sucedía en el pueblo.
Esta no es la única “Poza” que hay en Cepeda puesto que podemos encontrarnos con “La Peral”, “La Puente Mellao”, “El Endrinal” o, incluso, “Las Pasaeras”. Se utilizaban conforme a la cercanía que tenían respecto a sus casas aunque, eso sí, en verano lavaban la ropa en el Arroyo de San Pedro del Coso, justo debajo del Puente Viejo que podrás descubrir en la Senda de los Mil Colores. ¡Una auténtica maravilla!