ZARAGOZA
Viajamos hasta Zaragoza, concretamente a Daroca, para conocer la historia del Castillo Mayor, también conocido como el de la Morica Encantada.
Es el momento más que perfecto para poner rumbo a la provincia de Zaragoza, concretamente hasta Daroca. Allí encontramos un gran número de construcciones, monumentos y rincones que no dejan absolutamente indiferente a nadie. Un claro ejemplo lo encontramos en el Castillo Mayor.
También conocido como Castillo de la Morica Encantada, estamos ante una construcción situada en el punto más alto de un cerro desde donde se divisa toda la población de Daroca. Es importante tener en cuenta que es una antigua alcazaba que data del siglo XI pero que en el siglo XIX, concretamente en 1837, fue reformada.
Para comenzar, debemos tener en cuenta que la primitiva construcción es de origen musulmán y que, a pesar de que empezó a erigirse en el siglo IX, las obras no terminaron hasta el siglo XI. Fue entonces cuando surgió lo que conocemos en la actualidad como Castillo Mayor.
No solamente fue utilizada como residencia, sino también a modo de defensa del poder musulmán. Esta fortaleza tenía tal importancia que precisamente ese dominio estaba delimitado por esta construcción, pero también por el conocido como Muro de los Tres Guitarros y el Cerro de San Cristóbal.
Para conocerla en profundidad, debemos viajar hasta el año 1110. Por aquel entonces, se hizo efectiva la conquista de la ciudad por parte de los almorávides. Así pues, como consecuencia de esta hazaña, Aben Gama se convirtió en nada más y nada menos que rey musulmán de Daroca.
De esta manera, no dudó un solo segundo en ordenar la construcción de un palacio para utilizarlo como residencia junto a Melihah, la joven de la que estaba profundamente enamorado. Lo cierto es que Melihah tenía un romance con don Jaime Díez de Aux, caballero cristiano que estaba cautivo en ese castillo.
En el preciso instante en el que el Rey Alfonso I el Batallador logró ocupar Daroca, don Jaime Díez de Aux fue puesto en libertad. Como no podía ser de otra manera, el valiente caballero cristiano decidió buscar a su amada, con el objetivo de alejarla para siempre de Aben Gama y casarse con ella.
El musulmán, consciente de lo que podía ocurrir, decidió hacer todo lo que estaba en su mano para evitar que el caballero llevase a cabo su plan. Así pues, mató a Melihah y arrojó su cuerpo al pozo de este Castillo Mayor. Don Jaime no tardó en enterarse de lo sucedido, por lo que inevitablemente cayó en un estado de melancolía.
Tanto es así que todos los días subía al castillo y se pasaba horas y horas sentado a la entrada de ese foso. Hay quien dice que, desde entonces, la preciosa Melihah sale todas las noches de ese pozo vestida de blanco junto a una luz, con la que busca a su caballero para que la libere, de una vez por todas, del encanto. ¡Muy curioso!